TEXTO Y FOTO: SALVADOR AGUILERA
ENVIADO ESPECIAL

RABAT.- Una larga travesía de casi cuatro horas por tierra hacia el norte, nos trajo a esta ciudad que será sede, al menos, del primer partido de Cruz Azul en el Mundial de Clubes, donde desde hoy sueña con trascender.

Salimos de Marrakech rumbo a Casablanca, que está justo sobre el camino. El encuentro con esta ciudad fue también con el mar y el Océano Atlántico. Por lo mismo, la vista dejó de ser árida para ofrecer un poco más de vegetación, la cual se incrementó conforme nos acercamos a Rabat, que está a poco más de una hora de Casablanca, ya muy próxima a Tánger, el Mediterráneo, el estrecho de Gibraltar y el Continente Europeo.

Rabat nos recibió con un excelente clima, pero sobre todo con unas vistas maravillosas, dignas de detenerse para tomarse la foto frente a la entrada del mar, el río y la casa del rey Mohammed VI, altamente protegida, pero que no deja de ser una tentación para los turistas. Todo está amurallado, mas algunas puertas permiten ver los palacios que hay en el interior.  Fue una ciudad imperial. Las Mezquitas cercanas no dejan de llamar la atención. Aquí se encuentra la famosa torre de Hassan y el mausoleo de Mohammed V. La Medina, los jardines, su embarcadero, son otros encantos de esta ciudad que continúa en desarrollo, sin dejar de opacar esa belleza histórica que la hace muy especial.

Para diciembre, Rabat vibrará con la presencia de los equipos que disputarán el Mundial de Clubes, es un hecho que aquí jugarán el campeón de Asia, el campeón de la Concacaf y el campeón de Europa.
Es justo aquí, donde el Cruz Azul espera brillar y hacer historia.
Ya lo veremos.

Hasta pronto Marruecos.
ESTO estuvo aquí.