SAN NICOLÁS DE LOS GARZA.- Esa furia con la que André-Pierre Gignac cerró la fase regular y comenzó la Liguilla desapareció por completo, o al menos eso pensó el Rebaño y todos en el “Volcán”, locales y visitantes.

El francés estuvo apagado casi todo el juego. El balón pocas veces se acercó a él.

El anterior jugador del Olympique de Marsella le marcó un hat-trick a Gallos Blancos en la jornada 17, luego le dio dos zarpazos a Rayados en la ida de los cuartos de final y dos más en la vuelta. La mejor versión de Gignac apareció por un momento. Todos volvieron a ver con miedo al delantero felino.

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Luego de eso los perros aztecas lo anularon por completo. André-Pierre se fue en blanco en el “Volcán” y en el Caliente. Tigres amansó a Xolos y avanzó a la gran final, pero André-Pierre no marcó.

Ahora fue turno de Chivas. La zaga del Rebaño marcó duro al atacante francés. Gignac estuvo rodeado todo el tiempo por Alanís, Salcido y el “Aris” Hernández.

Un par de tiros de lejos fue todo lo había ofrecido Gignac en el juego. Uno lo atajó Cota y el otro se fue por un costado.

La desesperación de André se notó en el campo, por reclamarle al árbitro varias veces perdió concentración en el juego.

En plena decadencia del juego, Gignac despertó, enseñó las fauces y realizó magia.

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André-Pierre le dio dos zarpazos a Chivas y le devolvió a Tigres la ilusión de volver a ser campeón.

Fueron escasos minutos los que la estrella felina brilló, pero fue suficiente para darle alegría a los regiomontanos y apagar al fiesta en Guadalajara. El depredador volvió y ya llegó a 6 goles en la fase final. (Javier Juárez/Fotos:  Jesús Téllez/Enviados especiales)