Con la tecnología de Google Traductor

Mira

30, mayo 2017 - 19:28

┃ EFE

leo-valadez

El efecto de una voltereta a Diego Carretero propició que el joven espada albaceteño saludara hoy la única ovación de una tarde somnolienta en Las Ventas, en la que el mexicano Leo Valadez anduvo por debajo de su lote y el francés Andy Younes pasó de puntillas en su debut en Madrid.

Novillos de Montealto, bien presentados y, aunque cumplieron sobradamente los seis en el caballo y tuvieron también nobleza, sin embargo, se vinieron muy abajo en el último tercio. Si acaso, destacó el cierto temple del sosito primero y la codicia del desclasado quinto, que también se apagó pronto.

Leo Valadez, silencio tras aviso y silencio tras aviso.

Diego Carretero, silencio y ovación.

Andy Younes, silencio y silencio.

La plaza registró tres cuartos de entrada (18.051 espectadores) en tarde entoldada y agradable.

Y lo fue porque, en ocasiones, se hizo necesario el “puyazo” de la nicotina para aguantar una tarde soporífera, esas de incontables bostezos, de charletas ajenas a lo taurino con el vecino de localidad o de mirar constantemente el móvil para saber qué estaba pasando en la corrida de “figuras” de Aranjuez.

Porque más allá de la cantidad de suertes que ensayaron los tres novilleros con el capote, especialmente el mexicano Valadez, no hubo ni una sola brizna de toreo fundamental reseñable.

Hubo lances a la verónica, largas cambiadas, chicuelinas, gaoneras, caleserinas, crinolinas y hasta zapopinas, algo de agradecer, como también fue ver que los seis novillos de Montealto cumplieron sobradamente en el caballo.

Otro cantar fue el desarrollo de los últimos tercios, a caballo entre la falta de clase y lo rápido que se apagaron los desrazados utreros de Agustín Montes, y el poco acierto también la terna de novilleros, que, dicho sea de paso, tampoco anduvieron lo que se dice inspirados.

La peor parte se la llevó el mexicano Leo Valadez, pues a sus manos fue a parar el lote menos malo. Su primero, aún siendo un punto sosito, fue de lo más bonancible para la muleta; y Valadez, que evidenció un buen sentido del temple, sin embargo, no se acopló nunca con él, haciendo un toreo en línea, para fuera y sin ajuste.

Y el cuarto, aún sin clase, tuvo también movilidad, y el hidrocálido, que se las sabe todas, tampoco pasó de voluntarioso en otra faena tan larga como ventajista y anodina en lo artístico.

Diego Carretero saludó la única ovación de la tarde, reconocimiento que vino a recompensar la impresión de una tremenda voltereta que cobró al instrumentar la segunda bernadina de fin de faena. La estampa del torero desmadejado y con la taleguilla rasgada de arriba a abajo animó al publico a dar aliento al de Hellín con unas cariñosas palmas tras una buena estocada al segundo intento.

Y el francés Andy Younes se marchó de puntillas en su debut en Madrid. No pasó prácticamente de las probaturas con el muy quedado tercero; y tampoco dijo nada con un sexto de lo más desabrido.