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4, junio 2017 - 9:20

┃ José Luis Camarillo

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Siempre que se evoque el nombre de Muhammad Alí, tiene que ser en forma festiva, tal como era su carácter, y honrar su prolífico paso por el mundo de nosotros los mortales, tanto en hazañas boxísticas como en acciones humanitarias.

Ayer se cumplió el primer año de su muerte física y abundaron los mensajes en las redes sociales con frases, fotos y videos.

Uno de ellos fue el enviado por Eduardo Lamazón que simplemente señala UN AÑO SIN MUHAMMAD ALI. Su tuit también  lo difundió por otras vías e incluye una foto de la lápida sobre la tumba de El Más Grande, con una frase de Alí como epitafio: “Servir a los demás es la renta que pagas por tu cuarto en el cielo”.

El Supermán negro es el título de una canción que puso de moda The Kinshasa Band y a fines de los años 70. Su letra recoge el inigualable apunte que le caracterizó como alguien que flota como mariposa y pica como abeja o “conéctame si puedes”.

El autor de estos párrafos siempre  lo escogió como el mejor boxeador de todos los tiempos en forma global, es decir, al sumar sus virtudes como peleador a la lucha que libró contra el racismo, y el desafío que lanzó a costa de que su licencia fuese cancelada por tres años al contrariar a su propio gobierno al negarse a “dar un paso adelante” para participar en la Guerra de Vietnam.

Hay pugilistas que causan malestar por sus declaraciones extravagantes, como es el caso de Floyd Mayweather, que con todo y ser uno de los máximos triunfadores de la historia, se autonombra mejor que ex Cassius Clay. Nadie tampoco como Alí, que renunció a ese nombre por considerarlo “de esclavo”.

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Otros colosos de la historia son Sugar Ray Robinson, Joe Louis, Willie Pep, Rocky Marciano o Sugar Ray Leonard, pero Alí es el hombre que tenía “ese extra” que marca la diferencia para separarlo de los astros mencionados.

Un video que evoca la ocasión en que Alí prometió a un niño con cáncer que vencería a George Foreman -una proeza inigualable y por nocaut- y asimismo le manifiesta al pequeño que él también derrotará a la maldita enfermedad, con respuesta por parte del enfermito: “No, porque voy a reunirme con Dios”, es uno de los que causan más emoción.

Los boxeadores tienen en común que se profesan un respeto máximo unos a otros. Evander Holyfield ha expresado que esperó a saber en qué momento podía vencer a Mike Tyson y que solamente lo hizo cuando se convenció de que “Iron Mike” comenzó a tener fallas.

Aquel brutal episodio en que Tyson le mordió dos veces las orejas y en la segunda le arrancó un pedacito del lóbulo auditivo, algo que se supone que Holyfield jamás olvidaría, quedó como una anécdota más al reconciliarse ambos gladiadores y abrazarse ante un número inimaginable de sus colegas campeones del mundo y de cientos de asistentes a la Convención Anual del Consejo Mundial de Boxeo de 2011 en el Mandalay Bay de Las Vegas.

 

MÉXICO LE ENCANTABA

Alí tuvo una estrecha relación con nuestro país.

Mauricio Sulaimán Saldívar, actual presidente del Consejo Mundial de Boxeo, guarda imágenes de cuando él era un niño y bromeaba con Alí en una de tantas visitas que el ícono mayor del boxeo hizo a la casa de sus padres en la colonia Lindavista.

Existe una fotografía muy famosa en la que Alí estuvo presente en la Convención del WBC celebrada en 1980 en la Ciudad de México y simula un pleito con Cantinflas. En dicha ocasión don José Sulaimán Chagnón simula interponerse entre ambos como improvisado réferi.

Claro, la gráfica más impresionante es aquella en que Sonny Liston yace a sus pies tras ser fulminado en su combate de revancha. Este segundo encuentro entre Alí y el hombre al que bautizó como “Oso Feo” fue aderezado con la versión del “golpe fantasma”, pero que los expertos avalan como impacto legítimo.

 

SYLVESTER STALLONE

Sylvester Stallone se inspiró en Chuck Wepner, un púgil segundón que fue adversario de Alí. Para entonces el calvo Wepner era muy popular por su enorme voluntad y la forma en que sangraba. Su mote era “El Sangrante de Bayonne”, su ciudad natal en Nueva Jersey.

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Wepner, quien ejecutó su papel de víctima propiciatoria con gallardía, consiguió lo que decenas de enemigos de Alí no pudieron, ni el propio gigante George Foreman, como fue tumbar una vez a Alí en el noveno asalto el 24 de marzo de 1975 en Richfield, Ohio. Poco más tarde se produjo lo inevitable, al detener Alí técnicamente a Wepner en el episodio 15, para su primera defensa triunfal de la corona que precisamente le había arrebatado a Foreman, contra todos los pronósticos en octubre de 1974 en Kinshasa.

Otro video es el de una entrevista conjunta en el Show de Arsenio Hall en 1990, en que Mike Tyson puntualiza “cada cabeza debe reverenciarlo, cada lengua debe reconocerlo, Muhammad Alí es el el más grande”.

QUIJADA ROTA

Ni tener una mandíbula rota lo frenó para continuar en un combate. Eso ocurrió en su primer choque con Ken Norton, con el que se fue a la distancia en su primera cita, pero cobró desquite al doblegar al Marinero de San Diego en una segunda entrevista.

La historia señala que su relación con el estrafalario promotor Don King dio inicio cuando el empresario le pidió ayuda para salvar de la demolición un hospital de Cleveland que daba servicio a la comunidad, y la obra benéfica fue un éxito.

Con todo y lo que se hable de King, se trata de un hombre visionario que se atrevió a garantizar a Alí un sueldo de cinco millones de dólares por su desafío contra Foreman, a quien contrató por esa misma cantidad. Eran tiempos en que esas sumas parecían imposibles de pagar, pero King se las ingenió para poder cumplir con lo pactado, con respaldo del gobierno del antiguo Zaire, en el corazón de África..

MES DE ALÍ

A raíz del primer aniversario de su partida física, el WBC designó a junio como Mes de Muhammad Alí y le dedicó un amplio artículo que inicia con una frase suya: “Para ser un gran campeón, tienes que creer que eres el mejor, si no lo eres, haz como si lo fueras”.

Esa entidad calificó a Alí como seguidor de los principios del  pacifista Martin Luther King y como “uno de esos seres humanos, únicos e irrepetibles, poseedores de espíritu inquebrantable, dotados de mentes brillantes, pero especialmente de un corazón capaz de albergar los más nobles sentimientos hacia el prójimo. Personajes sumamente diferentes, nacidos en distintas épocas, con actividades diversas, pero todos tocados por la bondad, la igualdad y el amor”.

El WBC evocó que “cuando ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma 1960 (peso semicompleto), lanzó la medalla al río Ohio porque ‘el negro olímpico’ como solían llamarle, no dejaba de ser ‘negro’ y por ende seguía siendo discriminado”.

Añade que el 3 de junio de 2016, “Alí dejó el cuerpo que lo encerró por más de 30 años en una jaula que le robó sus capacidades motoras, cuando fue diagnosticado con Parkinson, enfermedad que de ninguna manera logró vencer su espíritu y mucho menos debilitar su corazón, ese que latió hasta el último minuto con la misma fuerza con la que estremeció al mundo”.

Y remató contra sentencia del inmortal del cuadrilátero: “Imposible es sólo una palabra que usan los hombres débiles para vivir fácilmente en el mundo que les fue dado, sin atreverse a explorar el poder que tienen para cambiarlo. Imposible no es un hecho, es una opinión. Imposible no es una declaración, es un reto. Imposible es potencial. Imposible es temporal, Imposible no es nada”.

 

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