Felicidades ídolo. Que los cumplas feliz, Leyenda.

El 7 de junio es cumpleaños de quien para muchos es el mejor portero en la historia de nuestro país o, si no, el más emblemático: Antonio “Tota” Carbajal Rodríguez.

Son ya 84 años de vida del primer futbolista en la historia en jugar cinco Copas del Mundo. Es Don Antonio el que en sus inicios llegó a competir el puesto el arco con el gran José Alfredo Jiménez.

Es el niño que retó a su padre y dejó su casa para jugar al balompié con el Oviedo y de ahí emprender una carrera que jamás imaginó.

A Carbajal lo conocen todos y, si no, los más grandes. En 2001 el gran “Chespirito” o Don Roberto Gómez Bolaños, recordó cuando le metió cinco goles probando suerte en el soccer, con el Marte, antes de ser quien fue en la comedia.

Carbajal, a nivel profesional, inició su aventura en el Club España y de ahí al León de sus amores, donde llegó y fue multicampeón como jugador y como entrenador, y en donde decidió quedarse a vivir para siempre.

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Es el guardameta que atajaba sin guantes y que cuando probó con unos, prestados, mejor se los quitó al no sentirse seguro. Es “La Tota”, quien se lanzaba a los pies de los contrarios sin temor a que le partieran la cara o los brazos y que debido a eso, tiene varios dedos desviados que retratan las batallas en el campo.

Como técnico llevó a otros niveles al Unión de Curtidores, el plantel que ocupa el primer lugar en su corazón. Ahí se peleó con varios, que hoy en día son sus compadres.

A Don Toño hoy le renguea un ojo, pero no le impide hacer lo que le apasiona: levantarse temprano para ir a entrenar y platicar con sus “drogos”, como él los llama, y luego para atender su legendario negocio de vidrios, en el popular barrio de San Juan de Dios.

El “Cinco Copas” (Brasil 1950, Suiza 1954, Suecia 1958, Chile 1962 e Inglaterra 1966) ha sido homenajeado por todos, por el León, por el Curtidores, por el Morelia, al que entrenó por más de una década, por la Selección Nacional, por el Salón de la Fama de Pachuca del cual es parte, y hasta de la FIFA, que a cada rato lo recuerda como la leyenda que ya es.

Siempre abierto para dar un consejo y atender cualquier entrevista para soltar su clásico “Carajo”, don Toño ya no tiene a su compañera de vida, pero sí a muchos amigos  y no amigos que le han puesto a calles, deportivas o auditorios su trascendental nombre.

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La “Tota” no nació aquí, pero a nadie le importa. Es de aquí y en varias paredes brilla su retrato. Felicidades crack y que sean muchos más, los necesarios o hasta que el cuerpo aguante. (Omar Oseguera / ESTO del Bajío)