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8, junio 2017 - 20:04

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Cuando los Bravos de Atlanta obtuvieron al mexicano Jaime García en un cambio con los Cardenales de San Luis en diciembre, les intrigaba el éxito que había tenido cuando estuvo saludable y el hecho de que iba a estar bien motivado por estar en el último año de su contrato.

Si García logra extender el buen momento que ha vivido recientemente, seguramente atraerá muchas ofertas en el mercado de agentes libres. Pero es posible que primero termine resultando una interesante ficha de cambio a medida que se acerca el 31 de julio, la fecha límite para hacer transacciones sin que los jugadores pasen por waivers.

García aumentó su potencial valor de cambio esta semana. El martes, en un juego que los Bravos terminaron perdiendo ante los Filis en el SunTrust Park, el veterano lanzó hasta el octavo inning. El zurdo tiene ahora 1.23 de efectividad en sus últimas cuatro aperturas y en ese proceso se ha hecho más atractivo para equipos como Astros, Cachorros y Yanquis, entre otros clubes que seguramente intentarán mejorar sus posibilidades en la postemporada sumando a un buen abridor.

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“Esto es lo mejor que lo he visto lanzar, estas últimas dos salidas”, dijo el primera base de los Bravos, Matt Adams, quien fue también fue compañero de García en San Luis. “Da la sensación de que tiene todo bajo control y que está confiando en sus lanzamientos. Está logrando que sus pitcheos se muevan de la forma que tienen que moverse y manteniendo a los bateadores fuera de balance”.

Antes de que comenzase la temporada, ya había razones para pensar que los Bravos cambiarían a García este mismo año. La idea se basaba en la creencia de que el movimiento inteligente iba a ser encontrar el momento adecuado para canjear a un lanzador que ha estado plagado por las lesiones a lo largo de su carrera y que ha hecho más de 20 aperturas apenas tres veces en sus nueve temporadas en las Grandes Ligas.

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Ahora, con los Bravos siete juegos por debajo de .500 y Freddie Freeman fuera probablemente hasta finales de julio, García les ha dado aún más razones para empezar a evaluar qué podrían conseguir entregando al lanzador de 30 años, quien ha dejado ver una muestra de su potencial ahora que está golpeando la zona de strike más consistentemente de lo que lo había estado haciendo las primeras seis semanas de la campaña.

Durante sus primeras siete aperturas, García puso 4.65 de efectividad y aunque los rivales le batearon apenas .229 en ese lapso, los boletos (4.87 por cada nueve innings) le estaban haciendo daño. En estas últimas cuatro presentaciones, sin embargo, ha dado 1.53 pasaportes por cada nueve episodios.

El martes, un cuadrangular de dos carreras de Howie Kendrick  en el cuarto inning le rompió una cadena de 22 entradas sin permitir carreras limpias.

En cada una de esas últimas cuatro aperturas, García ha llegado hasta el séptimo inning, permitiendo tres carreras limpias o menos. Además, el mexicano le ha dado a la rotación de los Bravos una dosis muy necesitada de estabilidad, al mismo tiempo que eleva las posibilidades de que lo cambien antes de que termine julio.

“Pienso que ha reducido la zona de strike“, dijo el manager Brian Snitker. “Con su movimiento y la mejoría del control, ha sido muy divertido verlo lanzar”.