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14, junio 2017 - 22:34

┃ Miguel Angel García

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POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

Cada año, al terminar la Feria de Aguascalientes, el matador hidrocálido Arturo Macías viaja a España para permanecer allá por espacio de tres meses que viene ha hacer la parte fuerte de la temporada europea y la menor en México; además de hacer tentaderos, presenciar festejos y comprar avios y ropas de torear, aprovecha para visitar a sus suegros que radican en Sanlúcar de Barrameda.

Además de ser un matador de talla mundial y único en su estilo por la versatilidad de su toreo, Macías es un magnifico aficionado, lo cual no es tan fácil cuando se es torero, ya que reconocer y juzgar el triunfo o defectos de sus colegas requiere un criterio sano e imparcial para escrutar el hecho sin amarguras ni emociones extras.

Esta vez tocó que Macías viviera la Feria de Madrid desde callejón y tendidos, que sin duda es otro punto de vista, pues sin el traje de luces el ángulo es diferente.

La presencia de Arturo Macías en Madrid fue trascendental por que también externó su apoyo a su paisano Joselito Adame, yéndole a desear suerte al patio de cuadrilla y este gesto es de mucha valía para su coterráneo en los momentos más importantes de su carrera. Social y sabiondo para manejar su figura pública, Macías es bien visto entre los aficionados españoles, que le saludan con respeto por todos lados donde se pasea el torero, pues tiene perfectamente entendido que santo que no es visto no es venerado. Y para esto del tema mediático el hidrocálido se pinta solo, no por nada es de los toreros con mayor proyección en México, amén que todo lo refleja en la Plaza con sus destacadas actuaciones y triunfos contundentes.

LA OPINIÓN

Al respecto de su estadía en Madrid, ESTO charló con la figura mexicana sobre lo acontecido en la recién terminada Feria de Madrid.

-Qué te pareció la afición madrileña actual?

“Sigue siendo muy exigente. Decía el maestro Chenel Antoñete: todo tiene que ser rápido y a la mano. Lo que tiene que venir en la faena debe ser desde el principio; el toro español, a diferencia del mexicano que puede ir de menos a más, el hispano si sale malo todo saldrá mal. Y de salir bueno, dura muy poco. Pero Madrid tiene la llave para entrar al corazón de la gente”.

-Rápido y a la mano: ¿el toro de Madrid se presta para eso?

“Este año ha habido de todo, hubo toros que embistieron, malos, medios y buenos. Como el toro Hebrea, de Jandilla, que recibió vuelta al ruedo. Una corrida que me encantó mucho fue la de Rehuelga, muy a la mexicana, incluso el sexto parecía un toro mexicano por embestir muy despacito”.

-¿Qué consideras hace complicado triunfar en Madrid?

“Se tienen que alinear muchas cosas, el factor suerte es fundamental. Hay un gusto muy particular por un estilo de toreo: les gusta mucho que los toreros carguen la suerte y no te puedes quedar con la pierna escondida porque de inmediato te caen. Hay muchos factores que se van presentando y debes ser muy inteligente para resolver. Por eso en Madrid están los mejores. Por eso yo quiero estar ahí”.

-¿Cuál es la clave para convencer a este público?

“!No lo sé, de saberlo ya lo hubiera usado!”. -exclama y suelta la risa- Lo que sí te puedo decir es que los sonidos de Madrid son muy particulares, si algo no les gusta de inmediato lo protestan. Pueden ser muy duros, pero se puede cambiar la moneda como lo hizo Alejandro Talavante el día de la cornada, que teniendo todo en contra logró levantar el ánimo de los tendidos”.

-¿El tema de los presidentes que te ha parecido?

“He visto faenas de dos orejas, a mi gusto como aficionado, y no se las han dado. Como la segunda oreja que pidieron con mucha fuerza para Juan del Álamo, pero el presidente no lo vio así. Se ha vuelto muy polémico este tema, pero siempre ha sido así en Madrid”.

-¿Se tendrían que adaptar los jueces al siglo 21?

“Más que adaptarse lo que pasa es que son cinco jueces. No es lo mismo un solo juez, quien usará el mismo criterio; en Madrid no es parejo el criterio”.

-¿Cómo viste el espectáculo en general?

“La principal diferencia que noté es la manera en que hicieron su difusión y el incremento de jóvenes, además que los precios, pese a ser la catedral del toreo, fueron muy accesibles. Se incrementaron las entradas, lo cual registró ocho lleno; en promedio hubo 20 mil entradas por corrida, lo cual resulta fenomenal cuando hablamos que fueron más de 30 corridas. Pero te digo, hubo más asistencia joven y entradas para todos los bolsillos”, concluyó.

 

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