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Mira

16, junio 2017 - 19:00

┃ Alejandro Alfaro

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POR ALEJANDRO ALFARO

FOTOS: ÉRIK ESTRELLA

ENVIADOS ESPECIALES

PLAYA DEL CARMEN.- El trabajo de pretemporada de cualquier equipo de Primera División tiene como principal misión buscar encontrar la mejor versión de la plantilla en el aspecto físico, para que llegado el torneo, los jugadores se encuentren en su punto para competir, esto sin dejar de lado lo técnico y táctico.

En el caso de América, con el regreso a Coapa de Miguel Herrera y su grupo de trabajo, vino también la vuelta de un viejo conocido de las Águilas. Se trata de Giber Becerra, preparador físico quien se siente de regreso en su hogar en esta nueva faceta.

“Estoy ilusionado. Es un gran desafío, es un compromiso. En América nos sentimos como en casa. Estuvimos mucho tiempo conocimos gente, hicimos amistades. Sin duda es como volver a casa”, dijo.

En plena pretemporada de las Águilas, Giber nos recibió en el gimnasio. Entre las pesas, bicicletas y aparatos, el profe reveló a ESTO lo que se encontró al momento de empezar a trabajar con el plantel azulcrema.

“Estoy sorprendido por la disposición y entusiasmo de los muchachos. Han estado con una gran actitud, dispuestos. Hemos tenido una gran apertura, tratamos de darles la confianza, acercarnos al futbolista y preguntarle sus necesidades; obvio no son conejillos de indias, antes que ser jugadores son seres humanos. Esa parte es importante, lo tenemos como una prioridad”, explicó a detalle.

En ese tenor, fue necesario tocar el tema de la recurrencia en las lesiones de América, y es que aunque muchas no han sido por temas musculares, hay elementos que han quedado fuera de manera constante y ahora, Becerra busca planes preventivos y predictivos para disminuir cuanto antes el margen de bajas.

“La idea en el alto rendimiento es buscar disminuir el riesgo de lesiones en los trabajos y competencia; optimizar y motivar al muchacho a través de la educación, involucrarlo en su proceso de entrenamiento y desarrollo físico”, expuso, al tiempo de agregar que “para nosotros es importante la prevención y predicción de lesiones, para eso se hacen evaluaciones y se empieza a predecir algún tipo de riesgo y ver qué jugador es propenso a lesionarse. No son robots, son humanos”.

Un plan personalizado para cada chico es la tarea que desarrolla Giber en conjunto con el cuadro americanista para disminuir los riesgos.

“Hay lesiones con contacto y sin contacto, esas son las que buscamos disminuir, conscientes de que en el alto rendimiento hay desgaste. Individualizamos programas para cada elemento, porque tienen distintas necesidades y demandas. Queremos hacer un traje a la medida para alejarnos lo más que podamos de tener un riesgo a lesionarse”, explicó.

Para ejemplificar todo esto, el miembro del cuerpo técnico milloneta puso como ejemplo la construcción de un edificio que requiere cimientos sólidos para mantenerse en pie. Al aplicarlo al futbolista, señaló la identificación de áreas de oportunidad que puedan optimizar.

“Si quieres construir un gran edificio sólido, tienes que armar un gran cimiento. No nos apresuramos en empezar a establecer esos cimientos y base que buscamos. No nada más hablamos de la parte aeróbica, anaeróbica y cardiovascular; nos referimos básicamente a la estructura del jugador, queremos identificar si hay asimetrías, alguna merma o falta de movilidad. Empezamos a conocer el cuerpo del futbolista para empezar a corregir falencias y limitantes. Después de eso, podemos empezar a potenciar”, sentenció.

LLEGÓ POR RANGEL

Entusiasmado notablemente por esta nueva fase de su carrera, Giber recordó cómo fue que llegó inicialmente a Coapa. Todo gracias a la intervención de su compañero en el día a día: el profesor Rangel.

“Años atrás me tocó conocer al profesor Rangel, él me llamó para comentarme que irían Phoenix, Arizona, para trabajar en un centro en el que no trabajaba, pero tenía mi propia empresa de entrenamiento de alto rendimiento y él le comentó a Miguel (Herrera) acerca de mí y de la posibilidad de integrarme como parte del equipo. Fue así como inició la relación con el Club América”, concluyó.

DIEGO LAINEZ

Aunque es cierto que Giber Becerra tiene destinado un plan de trabajo para cada elemento de la plantilla de América, el caso de Diego Lainez se convierte en algo particular, debido a que por su edad, se encuentra todavía en desarrollo y no puede tener la misma dosis de carga que otros de sus compañeros.

“El cuerpo de un Diego no se compara con el de un Renato Ibarra. Son distintos y hay que tomar medidas y dosificación acorde a las necesidades suyas. Lainez sigue creciendo y madurando; vamos poco a poco con la identificación de sus necesidades primarias para irlo llevando”, comentó.

HALAGADO

Usualmente, los aficionados de un equipo suelen festejar o alegrarse por la llegada de un nuevo refuerzo bomba o el arribo de un entrenador a su escuadra favorita. Sin embargo, el caso de Giber Becerra es algo particular, ya que a través de las redes sociales, muchos seguidores de América le han manifestado su beneplácito por su regreso a Coapa, sobre estas muestras de aprecio, el integrante del cuerpo técnico azulcrema reconoció:

“Estoy tranquilo. La gente aquí nos ha tratado muy bien en general. Tomo todo con calma. Es un halago que la gente se entusiasme, pero uno a final de cuentas hace su trabajo y no espera un reconocimiento, simplemente es algo que nos corresponde y lo menos que podemos hacer es entregarnos”, remató.

 

 

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