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22, junio 2017 - 21:27

┃ EFE

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BADAJOZ, Esp.- (EFE) La faena de Enrique Ponce al toro que abrió la corrida, pletórica de sabiduría y malograda con la espada, y la oreja que cortó Roca Rey al sexto, que le infirió una cornada en el muslo derecho, fue lo más destacado de la primera de feria en Badajoz, en una tarde deslucida por la falta de raza de los toros.

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del matador de toros Iván Fandiño. La plaza registró media entrada.

La desilusión se apoderaba de los tendidos cuando Roca Rey montaba la espada para dar cuenta del sexto, y en eso que el manso y reservón astado, ante la equivocación del torero de matarlo en la suerte natural, lo cogió y le dio la cornada. Todo fue muy rápido, la espada se rompió, y el peruano estuvo a merced del toro unos instantes angustiosos.

Fue precisamente la entrega del joven torero, y la faena de Enrique Ponce al primero, lo que medio levantó una tarde que deslucieron los toros salmantinos de El Pilar, manejables pero ayunos de raza casi en general. Manzanares, por su parte, pasó por Badajoz con más pena que gloria.

SABIDURÍA

El toro que solo en parte salvó a la divisa fue el primero, que apretaba para los adentros pero al que Ponce toreó con cadencia a la verónica y tapó su mansedumbre con la premisa del temple, para cuajar series en redondo, especialmente por el mejor pitón, que fue el derecho, en las que lució lo mejor del valenciano: sabiduría, naturalidad, elegancia, regusto y torería. Muletazos de soberbia belleza pero se equivocó el torero al entrar a matar a un manso en la suerte natural, por lo que lo pinchó en dos ocasiones antes de cobrar la estocada definitiva.

El cuarto fue un animal muy deslucido porque su falta de fuerzas le llevaban a defenderse. Salía del muletazo con la cara alta y, aunque lo intentó el diestro, poco pudo hacer.

DESPEGADO

José María Manzanares dio todo un curso de lo que es el toreo despegado, sin alma. El único problema que planteaba su primero era que no andaba sobrado de fuerzas. Con el toque para afuera, con la pierna de salida escondida atrás, no había emoción en aquel toreo.

El quinto se echó varias veces y no por falta de fortaleza, sino por estar ayuno de raza. Y otra vez sucedió lo mismo, un toreo muy despegado. Ese no es el camino.

 LOTE IMPOSIBLE

Se quedaba corto en el capote de Roca Rey el primero de su lote. Quite por saltilleras y colada por el pitón izquierdo. Brindis al público y gesto al cielo. Fandiño estaba presente. Fue un toro rebrincado y la faena tuvo intermitencia porque la embestida desganada del animal no se prestaba a más. El sexto, el más cuajado, resultó manso y reservón de principio a fin, y solo despertó cuando tuvo a su merced al torero. Siempre a la defensiva y con un feo final del muletazo, desentendiéndose de la muleta, Roca Rey le hizo una faena larga en la que primó la colocación, el pasarse cerca al toro, al final en la corta distancia, con la cogida ya reseñada al entrar a matar.

 PARTE MÉDICO

Roca Rey fue asistido en la enfermería de: “cornada en cara interna del muslo derecho a nivel del tercio superior interno del mismo con afectación en la proción proximal del aductor mayor derecho, de pronóstico reservado”.

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