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Mira

23, junio 2017 - 12:30

┃ Luis García Olivo

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Quince minutos para los medios y no más. Fueron las reglas e indicaciones de la FIFA en el entrenamiento de México en la víspera de enfrentar a Rusia por el tercer juego de la fase de grupos en esta Copa Confederaciones.

Quince minutos en donde se evidenció el gran optimismo, camaradería y el buen humor de los mexicanos para hacerle frente al equipo anfitrión, más allá de que no dieron un buen partido contra Nueva Zelanda en Sochi.

La consigna de Osorio es clara: Sumar de a tres y meterse de lleno a las semifinales, sin importar el qué dirán y quiénes estarán en contra sobre su política de juego sobre  las rotaciones.

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Un cuarto de hora en el viejo estadio central, en la vieja casa del Rubin Kazán,  fue donde México y Juan Carlos Osorio el planteamiento a seguir, ya con la baja de Carlos Salcedo, quien posiblemente sea sustituido por Miguel Layún en la lateral derecha, pues a Osorio le agrada y posee  su perfil natural.

A la central iría Márquez y Néstor Araujo, y por izquierda Oswaldo Alanís.  Todo esto porque Héctor Moreno se mantiene en duda y hasta este día se definirá si está en condiciones, ya que acusó una molestia en el muslo derecho en el choque contra los Kiwis.

Al mediocampo existiría la participación de Herrera en la contención junto a Jonathan dos Santos, Aquino o Guardado, éstos hombres mantienen en predicamentos al profesor Osorio, ya que Javier realizó un buen partido y Andrés cuenta con una intachable experiencia.

Al frente Carlos Vela, Raúl Jiménez y Javier Hernández completarían el eslabón del ataque en busca de los goles que pongan a México en la siguiente ronda.

A la puerta iría Memo Ochoa, un esquema base y muy similar al que jugó contra Portugal, la artillería pesada.

Así México le haría frente a los rusos, con la atinada mirada del Kremlin de Kazán en busca de sumar contra el anfitrión