POR HÉCTOR REYES

El subcampeón olímpico Carlos Mercenario pronosticó que Lupita González subirá al podio, y de los varones “no me preguntes, porque no quiero decir la verdad”, declaró el andarín que entregó la estafeta a su hijo Carlos Emiliano, con relación al  Campeonato Mundial de Atletismo, a celebrarse en Londres, Inglaterra.

Consideró que Eder Sánchez está de vuelta y quiere pensar que no fue un momento fortuito el resultado que obtuvo en el Campeonato Nacional: tiene la experiencia, es medallista de la máxima justa del atletismo y sexto olímpico. Eder puede mantenerse entre los finalistas, los ocho primeros. En cuanto a Pedro Daniel Gómez y Tadeo Vega, necesitan dar el brinco que les hace falta.

“No puede conformarse con estar calificados, tienen la tradición de la marcha mexicana que costó mucho trabajo formar, desde la época de Hausleber, los entrenadores Aroche, Alvarado y Navarro. Toda esa historia que se construyó en muchos años, no pueden salir los seleccionados y conformarse con ser los mejores de México, pensar que calificados garantizan una beca o se mantengan en CIMA, ahí me la llevó. No conformarse con participar, tienen que salir a pelear y competir”. Y a recuperar la historia de la caminata mexicana.

Carlos Emiliano Mercenario, participará en su primer Campeonato del Mundo Juvenil, en Nairobi, Kenia, el mes próximo. Mientras que Carlos Mercenario papá, en esa misma experiencia no le fue como esperaba, en un hecho anecdótico recuerda que ocupó el séptimo lugar, en la prueba que ganó el ruso y a la postre campeón olímpico, Mikhail Schennikov.

“Yo competí en el primer Campeonato Mundial Juvenil en Atenas, Grecia, y quedé en séptimo. Mi experiencia no fue tan buena porque yo me creía mucho, pensaba que iba a ganar al entrenar con Ernesto Canto, los campeones de aquel entonces”. Recordó Mercenario, al mencionar que no es lo mismo prepararse para 20 km que para los 10 mil metros.

“Un reto complicado y ahí se va a ver de qué está hecho”, apunta el ganador de la medalla de plata en los 50 kilómetros de caminata, en Barcelona ’92, sobre su hijo que llega a los casi 17 años, a la primera competencia importante de su vida, luego de transitar por diferentes especialidades.