SOCHI.- Con una temperatura cercana a los 30 grados Celsius y la reinante humedad, es como el seleccionado nacional mexicano entrenó nuevamente en esta ciudad, pero ahora para enfrentar a Alemania dentro de las semifinales de la Copa Confederaciones.

Y es que en su anterior visita a esta ciudad, solamente entrenó una vez y lo hizo en el reconocimiento de cancha del estadio Fischt, un día antes de chocar contra Nueva Zelanda en la segunda fecha de la fase de grupos.

El Tricolor entrenó por espacio de una hora y media cercana a las 17 horas bajo un incesante sol. El agobiante astro hizo que la exigencia no fuera tanta, en busca de no desgastar al equipo para el vital duelo. Así que un leve interescuadras fue parte del contexto.

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La armonía se notó en el grupo, la unión está a flor de piel, todos creen en poder vencer a Alemania, por más que llegue con el título de campeona del mundo, saben que es otro combinado y hoy más que nunca pueden dar la campanada histórica.

Osorio lo cree así, ya que en cada de sus órdenes explica el compromiso que deben tener a la hora de tomar la pelota, abrir espacios y perforar el arco contrario sin importar quién se encuentre enfrente.

Todos creen en la hazaña, nadie sale del contexto desde los elementos de más experiencia hasta los más juveniles. Rafa es uno de ellos, sus constantes pláticas con Hirving Lozano y Jugen Damm lo delatan.

Rafa es un auxiliar más, también toma la batuta y a la par de Osorio motiva a sus compañeros.  Les alimenta la confianza y reconoce el esfuerzo de cada uno de ellos.

Aquino, Raúl, Marco, Chicharito, Vela y los hermanos Dos Santos siguen en sintonía, entre mejor vibra exista entre ellos, la confianza les sonreirá.

Osorio observa a los lejos, confía en que es el momento clave para que México haga historia, lo piensa y lo trabaja así, Alemania es un reto más dentro de su camino con el Tricolor en esta Copa Confederaciones.