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3, julio 2017 - 8:50

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Tricolor

POR EUGENIO DÍAZ

La Selección Mexicana nunca puede estar tranquila. El ruido interno y externo se escucha, se percibe, se palpa, ahí está.

Si no es el entrenador son los jugadores, si no los directivos,  si no los medios, la prensa, que va desde la objetiva, la veraz, la estudiosa, la capaz (los menos), hasta la subjetiva, la de la ignorancia, la de los comentarios sin base, la del rating a cualquier costo, la tendenciosa, la vocera, la trastocada, la incoherente, la maliciosa.

En el seno del Tricolor suele haber mucho ruido, inclusive cuando se gana, imagínense cuando se pierde. Los intereses son demasiados; existen grupos de poder que ahí viven, que ahí habitan; otros que como la rémora, toman lo que la bestia va dejando a su paso. y muchos otros que observan, que critican, que lapidan; simplemente, que quieren entrar, ser parte de él.

Así es la Selección Nacional, un negocio de miles de millones de pesos; un grupo selecto de entrenadores, de jugadores, de medios, de directivos, de hombres de negocios, de ganadores, todos pertenecientes al mismo ecosistema, uno que vive con ruido, mucho ruido.

La representación nacional es la máxima aspiración para todos, no importa el rol, es el lugar donde hay que estar, “no matter how”.

De las matracas a la crítica destructiva, el ruido que va de afuera hacia adentro nunca termina. Del apoyo a un equipo nacional, al negocio descarado, manipulado. De la crítica periodística, con fundamento, a la destrucción de la playera verde.

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Pero el ruido también se da desde adentro. Directivos dedicados más al cabildo que a operar como tal, al pertenecer a una empresa llena de intereses en juego, una unidad de negocio que tiene lista de espera de varias empresas interesadas en relacionar sus marcas con un producto ganador, aunque en la cancha se pierda.

Estando asegurado el negocio, parece que relaja todo lo demás, o acaso ¿existe un plan maestro de crecimiento y desarrollo de la selección? ¿existe un documento de Planeación Estratégica? ¿En qué parte de su desarrollo / cumplimiento se encuentra? ¿Qué personas lo realizaron? ¿Qué modelo(s) exitosos se han considerado para su realización? ¿Qué personas son responsables de tal diligencia?.

Da la impresión que como ha sucedido a lo largo de los años, de muchas décadas, en el futbol mexicano se busca comprar el éxito, que una persona, por su trayectoria, por su talento, su conocimiento, sus relaciones, trabaje y ubique a la selección en lo más alto, comenzando por clasificarla a los mundiales, primero y último gran objetivo; la meca de los grandes negocios, el máximo escenario posible en donde el Tricolor lleva 6 mundiales, 23 años llegando al mismo lugar, los octavos de final.

Una vez más, hecho el negocio, asegurando los intereses de algunos, los análisis, la retroalimentación, la mejora continua, mueren antes de nacer, inclusive en procesos tan espinosos y lamentables como los que llevaron a la Selección Nacional al Mundial de Corea y Japón 2002, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.

Tras fallar aquello de comprar el éxito, y por añadidura la salida de muchos técnicos, la FMF en sus diferentes etapas y líderes, ha recurrido a bomberazos. Javier Aguirre y Miguel Herrera, aterrizaron sin ser parte programada de un proceso. Particularmente el “Vasco”, que tomó en dos ocasiones un barco a la deriva, casi hundido, llevándolo a buen puerto.

A esto me refiero. EL ruido siempre ha estado ahí. Generado desde afuera, pero también desde adentro.

Malas decisiones, múltiples cambios de técnicos, compromisos, confusión, negocio por encima de todo, altas y bajas de jugadores, de esquemas, de propuestas, de estilos, han puesto en riesgo, en algún momento, lo deportivo.

Inclusive en la era de La Volpe, la última en la que se respetaron los procesos (4 años de trabajo), una parte de la prensa se dedicó a golpear al técnico nacional de manera sistemática; o quién no recuerda a Hugo Sánchez declarando en contra de Ricardo todas las semanas durante cuatro años. Ruido y más ruido hasta en un proceso en el que se clasificó caminando al Mundial de Alemania 2006.

Pero el ruido ya lo mencioné, también llega desde las entrañas. Aquél equipo, en la Copa Confederaciones justo un año antes del mundial, fue epicentro de un gran escándalo, de esos que hacen ruido. Carmona y Galindo, dos de sus futbolistas, dieron positivo en un análisis antidopaje. Queriendo proteger los intereses de los jugadores y el propio equipo, se manejó tan mal el tema, que el castigo estuvo cerca de llegar: México fuera del mundial. Al final, las mentiras salieron a relucir, teniendo que la FMF, para salir del embrollo, en un careo con FIFA, señalar al jefe del área médica como responsable, mismo que fue suspendido por años y a la postre separado de sus funciones.

Ruido, mucho ruido en torno a un equipo de futbol no deja trabajar como se debe, inclusive como ya comenté, cuando el proceso es considerado como exitoso.

Ni hablar cuando las malas decisiones, las grillas, los intereses se dan en procesos complicados. En el 2001, no sólo se fue Enrique Meza del Tricolor. Esta situación límite de perder de local con Costa Rica, también terminó con la salida de directivos y la toma de control del equipo por parte de otros personajes.

En el camino del Tricolor rumbo a Sudáfrica 2010, por citar sólo otro ejemplo, se dio la segunda llegada de Aguirre a cargo del equipo nacional.  Tras la salida de Sven Goran Ericsson, que llegó no sólo para clasificar al equipo, sino para dar el salto de calidad, terminó fracasando, perdiendo el trabajo tras caer en Honduras, 3-1.

Ruido interno, generado en la operación y gestión del equipo; ruedo externo, nada más interesante para muchos medios que estas situaciones límite del Tricolor. Horas y horas de programación, de editoriales, señalando culpables dentro y fuera de la cancha. México es un gran producto, un producto único, maravilloso. Ande bien o ande mal el equipo, con ruido interno o externo, es tema, siempre.

Pero el ruido nunca falta. En el actual proceso, el del colombiano Osorio, que lleva buen rumbo en la eliminatoria mundialista, que tiene números positivos en su gestión, ha sido el centro de sangrientas campañas, de críticas destructivas por parte de varios medios que piden su cabeza. Perder con Chile 7-0 en Copa América Centenario y 4-1 vs. Alemania en la Confederaciones de Rusia, las causas.

Y es que Osorio, con sus ideas, con su metodología / rotaciones, cambio de posiciones futbolistas, sus formas, aspectos básicos para ser contratado por la actual FMF, se ha encargado de generar ruido. Carne de cañón pura, y es que para muchos medios de comunicación y grupos opositores, las formas en la derrota son muy importantes, mientras en la victoria todo se vale. Raro resulta escuchar señalamientos sobre futbolistas, la planeación y dirigentes.

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No hay un gran plan, estrategia; el objetivo es Rusia 2018 y Osorio nos llevará, total, la derrota frente Alemania estaba presupuestada, más allá de las formas.

El fondo, lo importante, no les importa. Se puede jugar mejor, competir. Pero siempre hay ruido. Si no lo genera el DT, son los medios, si no, alguna declaración de los dirigentes, o de algún promotor o sus emisarios, o de algún entrenador que quiere el puesto.

Si uno analiza lo que fue el proceso de cara a la Copa Confederaciones, más allá que se  llegó a las semifinales, hablando del grupo, del futbol cancha, también existieron muchos aspectos que no suman, que hacen ruido.

Mientras Chile y Alemania , los dos finalistas, caminaron durante el evento sin contratiempos, sin ruido, el Tricolor tuvo un sin número de vicisitudes, más allá de los resultados en la primera vuelta.

Si resulta muy difícil pensar en ganar por el nivel que se tiene y los rivales a enfrentar en etapas definitorias, imagínense con todos los problemas y retos surgidos sobre el camino; unos inherentes a la actividad deportiva (caso de lesiones) y otros no tanto, más bien aspecto de planeación, de decisiones erradas, de concepto, aquí la lista:

 

1.- Rotaciones excesivas, lesiones y ausencias. Resulta evidente que estos tres rubros minaron el trabajo de Osorio y del propio Tricolor.

2.- Futbolistas en posiciones que no dominan. Más de uno quedó exhibido por esta situación.

3.- Futbolistas convocados por su jerarquía, por su personalidad, por su talento, pero bajos de nivel.

4.- Jesús Dueñas, mediocampista de Tigres contemplado en la prelista del Tricolor, tuvo que dejar la concentración para tender un problema “familiar”. Al final, fue incluido en la lista de 23 que va a la Copa de Oro.

5.- “Tecatito” Corona. Otro que por problemas “personales” no viajó a Rusia. Un jugador que por sí solo marca diferencia, quedó fuera sorprendiendo a todo el mundo, incluyendo a Osorio.

6.– Rafael Márquez. Varios meses sin jugar y saliendo de una cirugía de columna, Osorio decidió llevarlo. Rafa es un líder del vestuario, no hay duda, pero se sabía que los minutos que jugaría serían pocos.

7.Diego Reyes único futbolista contemplado en los 3 partidos etapa de grupos se terminó lesionando.

8.Decisiones técnicas/tácticas.

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