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3, julio 2017 - 20:19

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PACHUCA, Hidalgo.- Cuatro ofertas tenía Abraham Romero sobre la mesa: Galaxy de Los Ángeles, Porto de Portugal, Mallorca de España y Pachuca.
Antes de tomar la decisión, el arquero se dio tiempo de conocer cada club.

Eligió a los Tuzos.
“Lo que tiene aquí no lo tiene ni el Galaxy en Estados Unidos, además, la competencia es mucho mayor acá y eso me puede ayudar más en mi desarrollo que en otros lados”, explica el muchacho.

Un año después, Abraham es el tercer portero del club hidalguense.
“Estoy orgulloso por la confianza que me tienen y la oportunidad de estar en el plantel”, dice con auténtica emoción.

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ABRIÓ LA PUERTA

La historia de Abraham, es muy particular.Llamó la atención de muchos por su actuación con México en el Mundial Sub-20, que se disputó en Corea del Sur. Nada mal para un chico que se nació y se crio el Pasadena, California.

Hijo de padres mexicanos, Romero fue llevado primero a los gimnasios de boxeo.“Mi papá me animó, muy niño, a entrenar pero eso nunca le gustó a mi mamá, que me acabó metiendo en el futbol. Crecí jugando en el barrio hasta que llegué al Galaxy, con Rubén Mesina, quien me hizo portero”.

Con el tiempo, la gente de Selecciones Nacionales lo trajo a México.Nunca fue titular hasta que llegó el momento del Mundial. “Jugaba muy poco pero en el Mundial acabé siendo el titular, recibí muchos elogios y creo que eso me abrió muchas puertas”, afirma.

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PIENSA EN GRANDE

Así llegó al primer equipo del Pachuca.

“Estar aquí es cumplir un sueño pero voy paso a paso. Siempre me he propuesto metas cortas y metas largas. Ahora mi objetivo es debutar en este torneo, no me importa si es copa o contra América; lo importante es debutar y dar un paso más”.
Hay algo diferente en este portero, más allá de su estatura y presencia.
Él mismo la define.
“Creo soy un jugador completo pero mi fuerza es la mentalidad. Mantenerme firme y saber lo que quiero. Tengo 19 años de edad y mucho por aprender pero con el apoyo de todos, con trabajo y humildad creo que tengo un gran futuro”.

La realidad, indica Abraham, es que piensa en grande.
“No me gusta ser conformista. Mi anhelo es ser un portero de referencia en mi equipo, dejar una marca en el mundo del futbol como lo hicieron el ‘Conejo’ Pérez, Oswaldo Sánchez, Memo Ochoa o Alfredo Talavera”, señala.