La FIA decidió poner punto final a la polémica surgida tras el incidente entre Sebastian Vettel y Lewis Hamilton en Bakú sin aplicar ninguna sanción adicional al piloto alemán. El de Ferrari asumió toda la responsabilidad de lo sucedido y se disculpó públicamente por su comportamiento después de la reunión que tuvo con el órgano de gobierno en París el lunes.

Mercedes quiso hacer lo mismo y prefiere aparcar lo ocurrido para concentrarse en la lucha por el título tanto de pilotos como de constructores durante el resto de la temporada. “Cada gran temporada de Fórmula 1 está marcada por una gran rivalidad. El año pasado fue nuestra lucha interna entre Rosberg y Hamilton y este año parece que la batalla es entre Ferrari y Mercedes, y entre Hamilton y Vettel”, declaró Toto Wolff.

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“Aunque empezó con calma, era cuestión de tiempo que se volviera más dura y polémica. Ese momento ocurrió en Bakú y vimos los resultados de esa tensión en pista. Pasamos ese momento y ahora es un capítulo cerrado. La reunión del lunes fue entre la FIA y Vettel y se llegó a la conclusión que todos vimos. Nuestra atención desde entonces estuvo en nuestras deficiencias. Revisamos el diseño y nuestros procedimientos en relación al reposacabezas que costó a Hamilton la victoria hace dos semanas”, añadió el director de Mercedes.

Wolff insistió en que no hay ningún resentimiento con respecto a Ferrari tras lo ocurrido y afirmó que la lucha entre ambos equipos sólo puede ser beneficiosa para la competición. “Hay un gran respeto entre Mercedes y Ferrari, dos marcas icónicas del motor, no sólo por la dura batalla en pista, sino también porque estamos luchando por el mismo objetivo: ver a la Fórmula 1 prosperar. Los nuevos propietarios no podían haber pedido un mejor comienzo para esta nueva era que esta épica batalla entre Mercedes y Ferrari. Se puede añadir un Red Bull que pueda ganar y eso convierte a la Fórmula 1 en un gran espectáculo”, sentenció.