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15, julio 2017 - 22:01

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Lágrimas, gritos, sonrisas y emoción al máximo es lo que causó Iker Casillas en más de 100 aficionados en menos de cinco minutos a su llegada a México. Un trayecto de no más de 200 metros que se recorre al caminar en unos segundos se convirtió en una locura al rededor del histórico arquero.

Salió de migración con sus pertenencias a las 21:10 horas, a su salida fue interceptado por cinco aficionados: selfies, autógrafos, fotografías y algunas palabras concedió el español en su primer contacto con la afición mexicana.

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En cuestión de segundos su presencia acaparó los reflectores de todos los medios de comunicación. Fue custodiado por algunos empleados del Porto, quienes impidieron que conversara con los representantes de la prensa. Un seguidor intentó hablar con su ídolo pero tropezó en el intento, otros más fracasaron en la misión. “Te amo Iker”, gritó un joven. “Eres el mejor”, comentó otro hombre que fue sorprendido por el ex portero del Real Madrid.

Se volvió una locura. El guardameta de los Dragones fue rodeado por varios fanáticos y apenas pudo caminar en el pasillo de la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Cdmx. Se dirigió a la puerta 7 donde era esperado por su camión para partir a su hotel de concentración.

Al abandonar dicha salida fue obstruido por otras personas y su acceso al autobús se tornó complicado. Finalmente, Casillas logró abrirse paso entre la gente e ingresó al camión. Vibrante, calurosa y emotiva la llegada del campeón del mundo en 2010 a suelo mexicano y eso que apenas fueron son sus primeros minutos en una tierra que lo acogió como su hijo.

EN SILENCIO 

Así como fue su arribo al aeropuerto de la Ciudad de México, también en el hotel de concentración fue en silencio. El camión llegó escoltado por un par de patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX.

Ya en el lugar los esperaban cerca de 20 aficionados, que desde que los vieron acercarse no podían controlar la emoción. El primero en descender fue el técnico Sergio Conceiçao y fue seguido por cuerpo técnico y jugadores.

El más aclamado fue el guardameta Iker Casillas, de los últimos en bajar. El arquero del Porto no quiso atender a la prensa, pero sí se dio unos minutos para tomarse fotos con algunos aficionados. El mexicano Jesús Manuel Corona le hizo segunda y se acercó con la gente que esperaba su llegada.

Oliver Torres tuvo la intención de dar unas palabras a los medios de comunicación, pero fue detenido por la seguridad del club. Pero con los elementos encargados de la seguridad del hotel no fue distinto. Pues desde una hora antes montaron vallas y no dejaron que nadie que no fuera huésped se acercara a la entrada.

Los jugadores Miguel Layún, Héctor Herrera y Diego Reyes se incorporarán a los Dragones en territorio azteca, luego de pasar unos días de vacaciones. Esta mañana, el cuadro portugués tendrá una sesión de entrenamiento y será en la tarde cuando el grupo reconozca la cancha del estadio Azul, sede del encuentro del próximo lunes.

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Porteros: Iker Casillas, José Sá, João Costa y Vaná; defensas: Maxi, Jorge Fernandes, Ricardo, Felipe, Marcano, Martins Indi, Alex Telles y Rafa Soares. medios: Danilo, Mikel, Óliver, André, Sérgio Oliveira y Otávio; delanteros: Corona, Hernâni, Galeno, Brahimi, João Teixeira, Soares y Aboubaksr.

AFORTUNADOS

A la llegada a su hotel de concentración sólo hubo cuatro afortunados. Marcos, Iker, Michelle y Ángel fueron los únicos que lograron un autógrafo del guardameta del Porto, equipo que enfrentará a Cruz Azul este lunes. Iker, un bebé de dos años, fue nombrado así en honor al ex guardameta del Real Madrid.

“Iker es mi máximo ídolo. Tal vez parezca una exageración, pero desde más 10 de la mañana estuve trasteando el vuelo, vi dónde se iban a quedar, le escribí al club, me contestaron y estuve al pendiente. Busqué mucho este momento y estoy muy feliz”, contó Marcos, padre del pequeño.

La más feliz fue Michelle, madre del niño, quien aprovechó tener al guardameta cerca y le plantó un beso, situación que jamás olvidará. El otro suertudo fue Ángel, un joven que aprovechó esa parada con la familia y metió acercó su mano para pasar el libro que cuenta la historia del guardameta y así consiguió su firma.

El resto de los asistentes no contó con la misma suerte. Ya tendrán la oportunidad este lunes en el estadio Azul, cuando se dispute el encuentro contra La Máquina.