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Luis Suárez, aseveró que se encuentra en óptimas condiciones de jugar el próximo sábado el clásico español contra el Real Madrid, sin embargo no lo exige, pues está conciente de la problemática que viene.

Debido a que Suárez no ha disputado un cotejo oficial con los culés, tras cumplir una suspensión por el mordisco al italiano Giorgio Chiellini durante la Copa del Mundo Brasil 2014, negó que sea una obligación estar en el césped del estadio Santiago Bernabéu.

Sabe que sus compañeros están en un gran ritmo futbolístico y en lo que va de la campaña él sólo cumplió con duelos amistosos con el filial del Barcelona y con la selección de su país, aspecto que deberá valorar el técnico Luis Enrique para utilizar al sudamericano en un cotejo de gran envergadura.

“Estoy listo, pero jamás iría con un entrenador para pedirle jugar y menos de la situación de la que vengo. Los partidos de la selección me han ido muy bien, los jugué a buen ritmo. Si no juego, no me voy a enojar con el entrenador, lo entenderé”, declaró en entrevista a la emisora “TV3”.

Suárez está abierto a jugar en la posición que requiera Luis Enrique, confía en sus capacidades futbolísticas para responder a este reto que está a punto de comenzar en el Barcelona.

“Con tal de jugar, lo haré donde haga falta, Luis Enrique tiene motivado a todo el equipo”, dijo el uruguayo, quien admitió que siempre fue su sueño ser parte de esta institución catalana.

Agradeció el respaldo del club tras el inconveniente en el Mundial, lo cual le generó un duro golpe anímico y por lo que está arrepentido.

“Sentía que había arruinado mi carrera. Tuve miedo de que el Barça se echara atrás (con el mordisco a Chiellini). Tuve que aceptar la realidad, reflexioné, pedí perdón, me relajé y luego cuando me llamó Pere (Gratacós, dirigente del Barcelona) lloré porque no podía creer todo el respaldo del club”.