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20, octubre 2014 - 22:38

┃ José Ángel Rueda

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Érick Torres vive un momento mágico en su larga carrera profesional y a muy corta edad. Tan solo tiene 21 años de edad y viene jugando al futbol en Primera División desde los 17 años. En México, 64 juegos con 14 goles. En Estados Unidos suma 41 con 22 goles, 15 de ellos en esta última temporada.
En charla con ESTO, el “Cubo” nos abre varios detalles que para muchos son inéditos y para otros, anécdotas.
“Contento. Hace año y medio vine a Estados Unidos a buscar repuntar mi carrera, a tratar de consolidarme. Gracias a Dios se me han dado bien las cosas”.
Sobre si fue precipitado o no subir a Chivas y ocupar el lugar vacante de Javier Hernández, en su ida al Manchester United, opinó: “Los tiempos de Dios son perfectos. Al inicio se me dieron muy bien las cosas. Me tocó hacer goles en mi primer año y en los primeros tres torneos. Después, por diversas circunstancias me toca salir de Chivas Guadalajara, salió la posibilidad de Estados Unidos, contento por ese cambio. Siempre con la mentalidad de hacer bien las cosas, jugar bien al futbol, ser futbolista ejemplar, jugador profesional”.

MADUREZ Y CRECIMIENTO
Madura y no se arrepiente de lo sucedido: “Me siento bien, tranquilo. Diferentes obstáculos, topes que me puso la vida. Te marcan y te hacen despegar a lo que estabas acostumbrado. Venir a vivir solo, a hacer mis cosas solo me ha ayudado mucho a madurar. Soy un tipo que gusta mucho de la vida en casa, convivir con mi familia. No ando de acá para allá y en Estados Unidos me adapté a estar solo y crecer”.
Cree en él: “En ningún momento me fui abajo cuando las cosas no salían. Traté de luchar por estabilizarme. No sé si mi proceso se adelantó o por anotar muchos goles al principio se pensó y pensé que pudiera seguir por ese camino. Creo que la mejor decisión fue venir a tener la continuidad y ahí están los frutos de lo que he sembrado”.
Hasta colega puede ser en el futuro: “Terminé mis estudios hasta preparatoria y después dejé mi carrera a la que iba encaminado, ser licenciado en Ciencias de la Comunicación”.

UN CORTE DE PELO LE CAMBIÓ EL RUMBO
Un corte de pelo que lo llevó a lo que ahora todos le conocen: “En un principio no me gustaba ese sobrenombre. Fue chistoso. Fuimos a un viaje. Mis papás me cortaban el cabello muy corto, muy recto, como soldadito. En un viaje con jugadores más grandes que yo, decidieron decirme cabeza de cuadro, de cubo. Me molestaba, me enojaba. Como eran más grandes que yo, me quedaba callado y a ellos no les importaba, me lo seguían diciendo”.
Y se esparció rápidamente. Hoy lo agradece: “Cuando regresamos de viaje, en Verde Valle me seguían diciendo cabeza cuadrada, cabeza de cubo, y se quedó. Los entrenadores, la gente de intendencia me llamaban así, se fue corriendo, corriendo y se me quedó ‘Cubo’. Me tocó debutar. Así me conocieron. Fue algo por lo que me conocieron”.
Después todo quedó como anécdota: “Es algo que platicaba con mis papás. Se me hacía chistoso. ‘Cubo’ es un apodo que te pega. Te distinguen. Se quedó y me acostumbré, me gustaba, ahora que me ubican más con ese nombre, pues ahora sí me encanta más”.

UN ROBOT QUE LE CARACTERIZA
Un festejo de videojuego lo consolidó en la vida real: “En un viaje con el equipo, metía gol en los videojuegos, el monito festejaba como robot. No me salía ningún otro festejo y una noche antes lo pensé. Si anotaba gol, me puse de acuerdo con mis compañeros, que no iríamos al tiro de esquina y que ellos hacían como que movían los controles y yo le hacía como robot. Estábamos chicos, en Tercera División. Metí gol al día siguiente y lo hicimos por vez primera. Subimos a segunda, en Sub-17 y Sub-20 lo seguía haciendo. De profesional, después de unos goles me animé a hacerlo”.
Nos conversó sobre su principal fortaleza: “Soy una persona que sabe o entiendo cuál es el momento o tiempo ideal para tratar de estar donde cae el balón. Debo mejorar. Tengo esa lectura en el área. Me gusta hacer goles de cabeza. Es algo por lo que me distinguía. He metido, no muchos, pero el remate de cabeza me encanta. Doy un paso antes de los defensas para saber dónde está el balón”.
Sabe que de aquí hasta el 31 de diciembre se hablará mucho de dónde irá, a dónde se queda, qué pasara: “Estoy tranquilo que viene un mes de varias especulaciones. Siempre con los pies en la tierra. En constate comunicación con mis agentes y mi familia, los que más me importan, que estén tranquilos. Serán los primeros en saber mis decisiones. Me importa que estén bien. Al final pasará lo que sea y no tengo duda que será algo bueno”.

CENTROAMERICANOS
La temporada de MLS concluirá el domingo. No sabe si irá con la mayor a Europa, pero toma previsiones. Todavía no ha conversado con Miguel Herrera: “No he platicado con él de eso. Estoy consciente de que no puedo parar. Hablé con el cuerpo técnico de Chivas USA y estamos planeando el entrenamiento, algunas rutinas para seguir en ritmo de juego y físicamente. No me preocupa, por si está el llamado a la mayor o Centroamericanos estaré al pie del cañón y bien físicamente”.
Centroamericanos que ilusionan: “Es algo que he platicado. He conversado con el profe Raúl Gutiérrez, con Dennis Te Kloese, que está en Selecciones. Están las dos opciones. Se verá lo mejor. Lo que la gente de Selección me indique, estaré y lo haré de corazón”.
Las diferencias entre la mayor y las Selecciones menores: “Para mí es parecido. Claro, en la mayor van jugadores de renombre y consolidados. Trabajar con los de mi edad es una motivación. Son de mi misma edad, mismos sueños, vamos por el mismo camino, lo único que cambia son los nombres de jugadores que ya están en Europa y tienen mucho camino por delante por recorrer”.
Su entrada al Tricolor: “El profe Herrera lo que me pidió es actitud y determinación. Que me adaptara lo más rápido a su sistema. Realmente, él y todo su cuerpo técnico, así como mis compañeros, me arroparon muy bien”.

UN ORGULLO EN LA SANGRE
Se reencontró con CH14: “Sí, con Javier llegué a coincidir en Chivas por algún tiempo, pero además, ahora en la Selección mayor me sentí muy cómodo con Héctor Herrera y Javier Aquino, con quienes ya había estado de compañero en el proceso preolímpico. Pero en general con todos. El ambiente es extraordinario”.
Un Tricolor que lo es todo: “La Selección es un orgullo que llevo en la sangre. Siempre estaré listo para cuando sea requerido y la verdad es que es una experiencia única e inolvidable. Además de poderlo hacer en México ese primer gol sí es algo que me marca”. Las preguntas de los medios no las rehúye: “Últimamente como que van todos por el mismo camino. Es de lo que se trata. Estoy encargado de dar información”.
Así es Érick, al que no le gustaba el “Cubo”, que ahora le populariza y cuyo festejo de robot más su eficacia en la cancha lo está llevando al camino de la consolidación.