Con la tecnología de Google Traductor

Mira

20, agosto 2017 - 9:23

┃ Jorge Briones

Ismael-Hernandez

 

Ismael Hernández es un ejemplo de superación.

A lo largo de su carrera ha superado varios obstáculos hasta llegar a la cumbre, justo hace un año, con su medalla de bronce en Río 2016.

Un doping positivo y una lesión no pudieron esfumar los sueños del morelense. Aferrado a su lema: “hacer la competencia de mi vida y si eso me da el resultado está bien, sino seguiré intentándolo”, Ismael obtuvo tras 17 años de carrera deportiva la recompensa a su trabajo, mismo que platicó junto al ‘Diario de los Deportistas’.

 

-¿Cómo te sientes a un año de tu medalla olímpica?

Sigo muy contento. Cuando lo miro en retrospectiva resulta interesante, hasta cierto punto gracioso, el percibir cómo ha cambiado mi vida en este año. Ahora estoy centrado para mi siguiente gran objetivo, que es la parte académica a la par de llevar el deporte de alto rendimiento. Esa es mi siguiente medalla. Ahora la gente me percibe diferente, puedo motivar a las personas para que también ellos construyan su historia de éxito. No hay día que no agradezca este logro.

-¿Qué recuerdo tienes de aquél sábado 20 de agosto del 2016?

Yo sabía que iba hacer la competencia de mi vida. Me había preparado para eso. Mi cuerpo estaba preparado para la esgrima, que era la más complicada para mí, y cuando la terminé, en ese momento sabía que la parte más difícil de mi competencia ya había acabado. Las otras cuatro disciplinas me encantan y lo hago a un nivel de ‘top-10’. La parte difícil de mi competencia olímpica había terminado y lo había hecho bien. Ahí sentí que podría conseguir un logro histórico.

-Dormiste bien la noche anterior…

Lo hice soñando con una medalla, curiosamente era de bronce. Podía sentir su textura y el cómo me la colgaban en el cuello. Esa fue una parte muy importante.

-¿Festejaste muy eufóricamente?

Lo primero que hice fue buscar a mi familia y les dije ‘lo logramos’. La cara de felicidad es un recuerdo que se me quedará para el resto de mi vida. Era un reconocimiento directo a su trabajo, a esas personas que se la rifaron conmigo. Apostaron por mi proyecto y fueron partícipes de esta historia.

-El llegar sin presión, lejos de los reflectores, ¿cuánto te ayudó?

Es algo que no me inmuto. Hasta cierto punto me quitó cierta presión, no tenía que responderle a nadie. Me desconecté completamente, no supe nada del mundo durante esos días. Logré concentrarme en mi objetivo para lograr darle otra medalla a México.

-Habías llegado con sed de revancha, por lo ocurrido cuatro años antes en Roma que te dejó fuera de Londres 2012…

Después de sufrir ese accidente, era un reto para demostrarme de que estaba hecho. Fue una revancha, al estar clasificado era una fiesta del deporte mundial. Y era el invitado de honor, yo iba a disfrutar la competencia. Esa fue la parte clave.

-Cuando ves la medalla, te brillan los ojos…

Cuando me la cuelgo recuerdo todos los años de esfuerzo, de dedicación, y saber que es un símbolo. Es un símbolo del esfuerzo y de los años que le entregué con mucho gusto al deporte, es el símbolo de enfrentarte ante tus límites y tratar de ampliarlos. Cuando ves los aros en la medalla es el más grande símbolo de perseverancia, de ilusión, de paciencia, y de todas las virtudes.

-¿Cambiaste como persona?

Sí. Me hizo plantearme nuevos objetivos y cambiar la forma en que tomo las cosas. Después de obtener un logro así te preguntas ‘y ahora qué hago’. Esa pregunta es algo que te agarra por sorpresa. Ahí me llevó a plantearme mis nuevas metas, y no terminaban en la parte deportiva. Significó el final de un camino y el principio de otro. Quiero regresarle algo a al sociedad. Al final todo se resume en tratar de ser la mejor versión de mi mismo. No quiero que sólo que me reconozcan como deportistas.

-Tokio 2020, ¿está en tu horizonte?

Sí. Tengo que ver cómo compaginar una educación de alto rendimiento. La maestría es un reto sin igual, al que nunca me he enfrentado. Hasta la fecha me gusta la parte deportiva, es algo que me llena, debo saber compaginarlos. Yo termino mi maestría en 2019, debo seguir entrenando y si tengo la oportunidad buscar la clasificación. Sé que es borrón y cuenta nueva. Quiero enfrentar las competencias que vienen con el mismo lema de siempre, ‘tratar de hacer la competencia de mi vida’.

NOMBRE: Ismael Marcelo Hernández

Lugar de nacimiento: Cuautla, Morelos

Fecha de nacimiento: 23 de enero de 1990

Disciplina: Pentatlón moderno

Altura: 1.78 cm

Peso: 64 kg

Apodo: Maicky

 

 

Para ver como deshabilitar las notificaciones, da clic aquí