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27, agosto 2017 - 21:45

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CRÓNICA

POR SALVADOR AGUILERA

FOTOS: JESÚS TÉLLEZ

ENVIADOS ESPECIALES

Veracruz.- No, el problema de Pumas no era Palencia, porque ni la salida del joven técnico le permitió reencontrase con la victoria.

La llegada de Sergio Egea no fue el revulsivo esperado para empezar a la subir en la tabla y lo mejor que le puede pasar al conjunto universitario es aprovechar el receso por la fecha FIFA. Los Tiburones, que venían de ser goleados, se quedaron con los tres puntos gracias a un cabezazo del pequeño “Keko” Villalva: 1-0 final.

En cualquier equipo, hablar de bajas suena excusas y más en un club grande. Para que Universidad pueda levantar, tendrá que trabajar porque el sótano está, cada vez, más cerca.

EL JUEGO

Lo mejor de la primera parte se dio al final. Un tiro de Adrián Luna, que no pudo cortar Saldívar, se fue directo a gol, pero Luis Quintana, se convirtió en el ángel salvador de los universitarios y despejó justo sobre la línea de gol.

El balón le cayó una vez más a Luna, sólo que esta vez Saldívar se lanzó con decisión a los pies del atacante escualo, quien fingió una falta frente al árbitro. No hubo penal, pero tampoco tarjeta amarilla.

Fue un triste primer tiempo en el que habrá que aplaudir el esfuerzo de los jugadores porque la ola de calor que se desató en le puerto era criminal.

De ahí que Santander dio paso la hidratación, cuando ya todos sudábamos la gota gorda. Para los jugadores era complicado hacer más de lo que estábamos viendo. Nadie quería equivocarse en un juego tenso, porque la situación de ambos conjuntos no estaba para lujos y locuras.

El “Pollo” Saldívar no tuvo mucho trabajo. El portero de Pumas anda en buen nivel y siempre fue factor para los auriazules.

Sergio Egea, en su presentación como técnico, tuvo que armar un rompecabezas y trató de actuar con inteligencia y sencillez. Rabello y Guerrón adelante, para poblar el medio campo con toda la experiencia: Cabrera, Díaz y Abraham; para poner en la defensa a los más chavos del equipo.

Más que improvisación, orden, equilibrio, concentración y seguridad. Fue una realidad, sin Formica y Castillo la fuerza ofensiva felina redujo notoriamente.

Pumas tuvo una en el primer tiempo a tiro de Toño García, Melitón, quien sustituyó a Gallese por su lesión, rechazó la pelota y Guerrón llegó tarde para contrarrematar, incluso cometió falta. Después Rabello tuvo una disparo desviado, aunque nunca dejó de pelear todos los balones que tenía.

Por fortuna, la sombra que cubrió el terreno de juego avanzó y el calor disminuyó.

Para el segundo tiempo, el Veracruz se tuvo que aplicar y supo que Pumas podía estar fundido.

El gol de la diferencia no tardó en llegar. Fue Villalva el que consiguió abrir el marcador para iniciar la fiesta en el puerto. El más chaparrito del terreno de juego remató de cabeza para vencer a Saldívar.

Partido tenso. Pumas quiso reaccionar en cualquier momento. Se fue Guerrón, entró Brian Figueroa. El ajuste no sirvió de mucho, los universitarios no tuvieron garras, ni gol.

Pumas tuvo que arriesgar un poco más. Hubo atrevimiento, deseos, pero poca idea y nada de contundencia.

Saldívar volvió a ser figura de la escuadra felina y de milagro no le marcaron un penalti a Van Rankin. Sergio Egea, en un intento desesperado, mandó al “Avión” Calderón para intentar volar. El ex de las Chivas tampoco despegó.

Ya sobre el final vino la roja para Gallardo, justo cuando el partido quedó sentenciado.

Pumas sufre. Y sufre en serio.

 

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GOLES

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