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Mira

30, agosto 2017 - 23:07

┃ Alejandro Alfaro

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GOLES

CRÓNICA

POR ALEJANDRO ALFARO
FOTOS: JESÚS TÉLLEZ Y ÉRIC ESTRELLA

Acertadamente dice el dicho que después de la tempestad siempre llega la calma. Al menos esta noche aplicó a cabalidad para un Cruz Azul que, en medio de un aguacero, remontó un marcador adverso en casa en contra de Tigres para sellar su pase a Octavos de Final de la Copa MX y de paso, dejar prácticamente eliminado al equipo regio.
Un duelo accidentado por las condiciones de la cancha y un penalti fallado por el “Chaco” Giménez hacían pensar lo peor, pero Cauteruccio y Mora construyeron la reacción azul para beneplácito de los aficionados que soportaron firmes la tormenta.
La Máquina sigue invicta y anoche pitó con fuerza. Los resultados acompañan y quieren que la Copa MX apunte a La Noria.

EL JUEGO

Cuando parecía que en el estadio Azul se podría presenciar una agradable noche de buen futbol debido a los jugadores con los que Cruz Azul y Tigres cuentan en sus respectivas plantillas, la lluvia dispuso lo contrario, ya que un auténtico diluvio acompañó el encuentro desde su previa, silbatazo inicial y desarrollo, por lo que las condiciones de la cancha influyeron para mal.
Pese a esto, ambas escuadras hicieron el intento de hacer su futbol, no en optimas circunstancias, pero si con la idea de buscar el triunfo con sus armas; La Máquina con el “Chaco” Giménez como estandarte, Cauteruccio como esperanza de gol y Martín Rodríguez como la apuesta para desequilibrar con su habilidad. En contra parte, la U de Nuevo León apostó por caras jóvenes en su defensa central y zonas del medio campo, pero no así en su ataque, ya que hombres como Sosa, Zelarayán, Álvarez y Gignac le recordaron a todos la amplia baraja de los felinos para presentar equipos competitivos.
Los Celestes buscaron probar a Palos de diferentes formas. Zúñiga fue el que más cerca se quedó al ingresar al área por derecha y meter un disparo cruzado que le sacó pintura a la base del poste y ahogó el grito de los aficionados que aguantaron firmes la lluvia en la grada.
Tigres no perdonaría cuando tuvo la suya y en un error de marcación, Gignac recibió una pelota a las espaldas de los centrales y definió suave ante la salida de Allison para enfriar al estadio Azul.
Los minutos corrían y la lluvia no paraba. Ni un instante el agua dejó de caer sobre el terreno de juego, lo cual cobró factura cuando Víctor Zúñiga fue a pelear la pelota a la esquina y por lo mojado, patinó hasta chocar con un policía y estrellar su cabeza contra el banco del oficial, lo que lo dejó inconsciente para generar la alarma de todos los presentes. El cambio y las atenciones médicas vinieron de inmediato.
De vuelta a las acciones, Cruz Azul se quedó a centímetros de empatar cuando Martín Rodríguez impactó con potencia un esférico que amenazaba por colarse al ángulo superior derecho de Palos, pero que terminó por reventar el larguero. Los azules amenazaban con alcanzar.
La polémica arbitral llegó al encuentro cuando el silbante Eduardo Galván marcó al manchón penal por una mano de Jair Díaz, la cual resultó dudosa y generó reclamos airados de los jugadores regios. La pena máxima estaba decretada, “Chaco” Giménez sería el ejecutor y ante él, el debutante Miguel Ortega, quien lejos de achicarse, recorrió de un lado a otro la línea, con seguridad, y a la hora del cobro se agrandó para detener el tiro de Giménez. Debut soñado.
El error del 10 azul no mermó el ánimo de su escuadra, por el contrario, La Máquina siguió en su intento de encontrar el empate, lo cual conseguiría cuando Martín Cauteruccio fue habilitado, giró dentro del área y ante la salida del arquero tiró una finta para provocar que este se venciera y después mandar el balón a segundo poste. La igualada había llegado a 10 minutos del final.
La voltereta estuvo a nada de llegar para los locales. Gabriel Peñalba tiró con potencia y Ortega escupió, por lo que dejó el balón en el área chica, prácticamente en los pies de Christian Giménez, quien se revolvió para acomodarse y al rematar, la mandó por un costado de forma increíble.
Tenían que venir los minutos finales, esos que tanto han castigado a Cruz Azul, para que la remontada se consumara. Tiro de esquina, cobro a la ubicación de Felipe Mora, quien conectó entre sus rematadores para mandar a guardar la bala blanca que levantó de sus lugares a los hinchas que anhelaban el triunfo que valiera la mojada de la noche.
Esta vez no hubo “cruzazuleada”, al contrario, la agonía del duelo fue el aliado para unos Cementeros que mantienen el invicto en el semestre y dejaron agonizando a Tigres en esta competencia.