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2, septiembre 2017 - 16:22

┃ EFE

Isco

Madrid.- Isco Alarcón iluminó con su fútbol el firme camino al Mundial 2018 de España, con una exhibición en el Santiago Bernabéu, donde se plasmó el relevo del testigo de liderazgo de una leyenda como Andrés Iniesta, con un triunfo contundente ante una Italia que buscó la victoria y se fue goleada (3-0).

Iniesta ya tiene un heredero digno de su fútbol. El día que tenga que marcharse de la selección española, lo hará con el orgullo de ver nuevas estrellas que extienden su forma de entender el fútbol. En Isco tiene el mejor relevo.

Isco pidió el balón, miró el horizonte y con suavidad superó la barrera para colocar el balón en la red ante la estirada tardía de Buffon. España golpeaba el atrevimiento de Italia.

De Gea respondió con grandeza cuando tuvo que hacerlo. Belotti remataba con potencia de cabeza un centro del Darmian y se topaba con la estirada del portero español.

Eran momentos en los que Italia aumentó la presión en la salida de balón y ganó protagonismo. España dejó de tener el balón por momentos y se defendió con fuerza. Piqué acariciaba un gol que habría tapado bocas, Iniesta aparecía entre líneas hablando el mismo idioma que Asensio e Isco.

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Un error en la salida de Italia cambió de nuevo el rumbo. Carvajal perdonó al resbalarse en un disparo cruzado. La siguiente llegada de España fue una estocada de Isco. Inventó en el nacimiento de la jugada, superando una falta por un agarrón, con balón en profundidad a Jordi Alba y, tras su carrera, llegó al área para pedir el balón con el criterio de un líder e inventar un zurdazo ajustado a un poste imparable para Buffon. España entera rendida a su fútbol.

La reanudación sería un intento sin éxito italiano, una exhibición de fútbol de Isco con España retrasando metros para pasar a otro plan cuando Morata entró en el campo. Con tiempo incluso para un merecido homenaje a David Villa. Todo el estadio coreó su nombre para ser el elegido en el último cambio. Tres años y dos meses después el máximo goleador de la Roja regresó con la felicidad del debutante.

Morata  se reivindicó con espacios y marcó el tercero en una contra veloz con pase medido de Ramos. Italia se descosía. España sonreía acariciando el pase al Mundial de Rusia.