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Mira

9, septiembre 2017 - 19:23

┃ AFP

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El trofeo que será entregado al campeón del Mundial de Rusia 2018 inició ayer una gira que le llevará a más de 50 países, con el presidente ruso, Vladímir Putin, y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, como maestros de ceremonias.

“¡Buen viaje!”, dijo ayer Putin durante la ceremonia que tuvo lugar en el espectacular estadio Luzhnikí, que tiene un aforo de 81,000 espectadores y que será sede el partido inaugural y la final del Mundial.

El brasileño Roberto Gama de Oliveira, mejor conocido como Bebeto y quien fue campeón del mundo en Estados Unidos 1994, fue el encargado de subir la Copa al escenario y cedérsela a Putin, quien descendió al terreno de juego para darse un baño de multitudes.

En un gesto que sorprendió a propios y extraños, Putin, poco dado a la espontaneidad, mostró el preciado trofeo a los centenares de niños y niñas que fueron invitados al acto y que pudieron acercarse al trofeo.

Más de uno se echó las manos a la cabeza al ver la Copa, de más de seis kilos de peso y hecho de oro puro, en medio de una multitud, ya que, de acuerdo a las reglas de la FIFA, el trofeo sólo puede ser tocada por los campeones mundiales y los jefes de Estado.

Putin, quien no dudó en chocar manos con los jóvenes futbolistas que disputaron varios partidos en el teatro de los sueños del Mundial de Rusia, se mostró convencido de que el torneo será un completo éxito.

“Todos esperamos impacientemente esos emocionantes partidos”, dijo.

La gira más grande en la historia de la Copa Mundial se dividirá en tres fases: hasta finales de año el trofeo recorrerá 15 ciudades rusas; seguidamente la Copa podrá ser vista en más de medio centenar de países, y en mayo del próximo año regresará definitivamente a Moscú.

Tras visitar Rusia y medio mundo, la Copa volverá al Luzhnikí el 7 de junio, una semana antes de la inauguración del Mundial en ese mismo estadio.

Infantino se congratuló de que la buena marcha de los preparativos en los 12 estadios que acogerán partidos mundialistas, especialmente en el Luzhnikí, que será inaugurado oficialmente en noviembre, con un partido entre Rusia y una Selección Nacional puntera.

“Se siente una energía positiva increíble. El estadio es absolutamente maravilloso. Es muy bonito y tiene todo lo que debe tener un estadio del más alto nivel. Pueden estar orgullosos de lo que han hecho”, dijo Infantino al inspeccionar el estadio junto a Putin.

Como en anteriores ocasiones, el presidente de la FIFA intentó ahuyentar los malos augurios y los miedos a viajar a Rusia, e instó a todos los aficionados a ir a este país a disfrutar del Mundial.

Además de Bebeto, también fue invitado al acto el campeón mundial con Francia en 1998, David Trezeguet, quien se mostró convencido de que Rusia está preparada para el Mundial.