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28, octubre 2014 - 10:21

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KANSAS CITY, Mi.- La misión más difícil del año tendrán que afrontar los Reales de Kansas City, que después de deleitar a todos los seguidores del beisbol con su manera agresiva de jugar los partidos, en los dos últimos encuentros parece que lo han olvidado y eso lo aprovecharon los Gigantes de San Francisco que acarician su tercer título en cinco años.

Ned Yost confía que el joven lanzador de 23 años Yordano Ventura pueda controlar al artillería de los representantes de la Liga Nacional, que ha fabricado 16 carreras en los dos últimos choques y Bruce Bochy podrá contar con un bateador más, al retornar al campo de la Liga Americana, donde los pitchers no tendrán que ir a la caja de bateo. Jake Peavy con experiencia en Serie Mundial, volverá a ser el rival de Ventura.

Los Reales están felices porque Billy Butler volverá a la alineación, pero un tanto desconcertados porque Jarrod Dyson ha estado igual de mal que Naoki Aoki, aunque es mucho mejor a la defensiva, porque con el madero los dos están en un slump.

Se trata de la misma situación que los Reales afrontaron hace 29 años, cuando enviaron a Charlie Leibrandt al montículo al recibir a los Cardenales. Luego de una mala decisión del umpire de primera base Don Denkinger, un sencillo de dos carreras del emergente Dane Iorg en el noveno inning selló la victoria 2-1. Al día siguiente, los Reales aplastaron 11-0 a San Luis.

En su primera postemporada desde entonces, Kansas City aspira a un segundo campeonato, y espera que se repita la historia en su estadio Kaufmann Park.

“Tenemos una confianza inmensa en Ventura”, dijo el inicialista Eric Hosmer. “Cuando él lanza, tenemos certeza que podemos ganar”.

Durante la campaña regular, el dominicano registró foja de 4.10 y su efectividad de 3.20 es la mejor de los cuatro lanzadores que conforman la rotación de postemporada de los Reales.

Un buen augurio es que los Reales han ganado en las tres aperturas de Ventura en esta postemporada, aunque en todas se fue sin decisión. Luego de ser vapuleado al entrar como relevista en el juego de comodines de la Liga Americana ante Oakland, el derecho exhibe una decorosa efectividad de 3.50 en los playoffs.

En los antecedentes de las Series Mundiales al mejor de siete juegos, con formato de 2-3-2, los equipos que regresan a casa abajo 3-2 tienen marca de 13-16 de por vida.

Algo que debe alentar a los Reales es que ocho de los últimos 10 salieron triunfantes, con los Cardenales como el ejemplo más reciente en 2011, al ganar dos seguidos ante Texas en el Busch Stadium. Y los mismos Reales enhebraron tres triunfos consecutivos para despachar a San Luis en 1985.

San Francisco no querrá que la serie se prolongue al máximo. Habría que remontarse a los Piratas de Pittsburgh de 1979 para encontrar al último equipo que de visita ganó el séptimo juego de una Serie Mundial. Y desde 1980 apenas cuatro equipos visitantes han ganado el sexto partido, con los Marlines como los últimos en hacerlo al vencer a Nueva York en el Yankee Stadium en la edición de 2003.

La segunda Serie Mundial dirimida entre comodines ha seguido con exactitud el patrón de la primera en 2002. Entonces, los Gigantes ganaron a domicilio el primer juego, perdieron los dos siguientes y luego sumaron dos victorias en fila para irse arriba 3-2. San Francisco se adelantó 5-0 en el sexto juego en Anaheim, pero acabaron perdiendo 6-5 y los Angelinos se impusieron en el séptimo.

Tal vez resulta apropiado que esta Serie Mundial culmine en el Kauffman Stadium, un parque que llevaba 29 años sin ser anfitrión de juegos de playoff. Fue ahí donde los Reales pusieron en marcha una vibrante postemporada al venir de atrás para ganar 9-8 en 12 innings el juego de comodines, un choque comenzó en el último día de septiembre.

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