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4, octubre 2017 - 10:01

┃ Iván Pirrón

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La semana 4 fue muy cruel para muchos equipos de la NFL. Las lesiones se convirtieron en el común denominador de esta jornada, con la que se completa el primer cuarto de la campaña regular.

Los más perjudicados fueron los Raiders, que perdieron a su quarterback estrella Derek Carr.

Al igual que la temporada pasada, una lesión de Carr pudo haber terminado con los sueños de Super Bowl en Oakland. El domingo en Denver, el joven pasador sufrió una fractura de apófisis transversa (léase una fractura en las vértebras de la espalda baja) y estará fuera de dos a seis semanas, informó el coach de los Raiders, Jack del Rio.

Es la segunda lesión que sufre Carr en menos de diez meses, pues al final de la campaña regular 2016 se fracturó la pierna, cuando los Raiders (entonces 12-3) parecían los únicos en la AFC que podían competir con los Patriotas.

Matt McGloin fue el quarterback suplente y Oakland fue eliminado a las primeras de cambio en la postemporada.

Este año se quedan en manos de E.J. Manuel, una selección de primera ronda de Buffalo en 2013, pero cuyo registro como titular es de 6-11. Su más reciente triunfo lo obtuvo en septiembre de 2014.

La gerencia general de los Raiders debería considerar a Colin Kaepernick, quien sigue sin empleo, presumiblemente por haber sido el detonante de las protestas durante las ceremonias del himno de Estados Unidos.

Pero si la NFL realmente le quiere mandar un mensaje al presidente Trump, ahora es cuando.

Si Carr se pierde seis juegos, su reaparición sería el 19 de noviembre en la Ciudad de México, cuando Oakland enfrente a Nueva Inglaterra en el estadio Azteca.

Ojalá que para entonces los Raiders sigan en la pelea por un boleto a playoffs, porque Kansas City y Denver, sus vecinos en el Oeste de la AFC, seguramente seguirán disputándose el título de la División.

La lista de lesionados importantes no es corta: Dalvin Cook, el corredor novato de los Vikingos de Minnesota, se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y está fuera por el resto de la campaña; Marcus Mariota, quarterback de los Titanes de Tennessee, se lastimó el bíceps femoral y no pudo jugar la segunda mitad de la paliza que su equipo recibió en Houston; Julio Jones, el receptor estrella de Atlanta, está lesionado de la cadera, y su compañero de equipo Mohamed Sanu (bíceps femoral) tampoco pudo terminar el partido en el que los Halcones fueron sorprendidos en casa por Buffalo; los Bills, por cierto, perdieron al safety Colt Anderson (brazo), al linebacker Ramon Humber (dedo pulgar), al receptor Jordan Matthews (dedo pulgar) y al esquinero E.J. Gaines (ingle).

La noche del lunes también dejó sus caídos. Por los Pieles Rojas, su mejor esquinero, Josh Norman se fracturó una costilla, y el corredor Rob Kelley se lastimó el tobillo; por los invictos Jefes de Kansas City, el guardia Laurent Duvernay-Tardif salió con una lesión en la rodilla, en el cierre de una dolorosa Semana 4 en la NFL.