En tiempos de vacas flacas, hoy más que nunca peligra la participación del arbitraje mexicano de cara a la Copa del Mundo Rusia 2018. Si bien es cierto que el representativo tricolor garantizó boleto anticipadamente a la justa internacional, los nazarenos no tienen asegurado nada y sólo uno de ellos es contemplado para viajar el próximo año dentro de los silbantes del área de la Concacaf.

Se trata de César Arturo Ramos, quien en este momento forma parte del grupo de árbitros que comandan el salvadoreño Joel Aguilar y el estadounidense Mark Geiger. La otra opción, aparte de Ramos Palazuelos, es la del panameño John Pittí, quienes para el próximo 17 de noviembre podrán conocer su futuro camino a dicha justa internacional.

Quien de plano se perdió la oportunidad de asistir al Mundial de Rusia es Roberto García Orozco, cuya manera de pitar no es del agrado de los instructores de FIFA, en especial del estadounidense Brian Hall, quien actualmente funge como director de arbitraje de Concacaf. El camino está trazado. Después de Ramos no hay más alternativas.