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9, octubre 2017 - 10:48

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Messi

Quito, 9 oct (EFE).- Las selecciones de Ecuador y Argentina se medirán mañana en Quito, a 2.850 metros sobre el nivel del mar, una altura que puede ser aliada para la primera pero un dolor de cabeza para la segunda, en la última fecha de las eliminatorias sudamericanas con miras al Mundial de Rusia 2018.

Según César Benalcázar, máster en preparación física y con investigaciones en Brasil y Bolivia sobre el tema de la altura, “por cada mil metros que un futbolista sube del llano, se reduce el 10 % de su estado físico”.

Así, la altura de Quito determina “que el equipo visitante tendrá una desventaja del 28 %”, siempre y cuando Ecuador haya trabajado al 100 % y todos sus jugadores sean de altura, explica a Efe quien fue preparador físico de la selección de Bolivia y ocupa actualmente ese cargo en el club local El Nacional.

La falta de oxígeno en la altura hace que los músculos se llenen de ácido láctico y que la fatiga se apodere del deportista.

Insomnio, vómito, falta de apetito, mareos, dolor de cabeza, problemas de la visión, ahogamiento pronunciado y agotamiento figuran entre los estragos extremos que puede producir la altura y, aunque no es algo que esté tallado en piedra, los técnicos -no todos- suelen preferir no correr riesgos y subir a Quito lo más tarde posible.

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Y si cualquier técnico no se arriesgaría, menos Jorge Sampaoli, de la selección argentina, que sabe lo que es jugar en Quito, pues ya dirigió, y ganó, en 2010 con el club ecuatoriano Emelec.

Así, el cuadro argentino, que llegó ayer a la ciudad costera de Guayaquil (suroeste), subirá a Quito mañana para disputar el partido contra más de un rival: Ecuador, que no tiene nada que perder, la altura y la presión de estar a un pie de quedarse fuera del Mundial.

Para el técnico de la selección local, Jorge Célico, la altura “siempre va a ser un aliado del futbolista ecuatoriano” pero está claro en que ello no ayudará “en nada” sin un buen equipo de fútbol.

Brasil ha comprobado que la altura no es un enemigo para el visitante y se ha alzado con el triunfo a 2.850 metros.

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Por ello, se cree que la altura no será un determinante pero sí puede ser un dolor de cabeza para la selección albiceleste, que en los últimos cinco duelos por eliminatorias con Ecuador acumuló estadísticas poco alentadoras: una victoria (2001), tres derrotas (1998, 2005, 2010) y un empate (2013).

Con 32 años de experiencia, el periodista deportivo Oscar Portilla comenta a Efe que solo dos de los jugadores que vienen con la selección argentina están adaptados a jugar en la altura y asevera que la altura “siempre le ha afectado a Argentina” y a su estrella Lionel Messi.

Especula que Argentina puede complicarse con el desgaste si Ecuador, en su búsqueda de sellar “con dignidad” su participación en las eliminatorias, propone un partido “rápido y explosivo”, algo que ve posible por la característica de los convocados.

Y es que, según Fabricio Flores, un periodista deportivo con unos 27 años de experiencia en el campo, el que la selección esté conformada en su mayoría por jugadores de clubes locales le ofrece una ventaja al país.

Drama hasta el final para Argentina, que está fuera de la zona de clasificación y busca una rendija para asegurarse, al menos, terminar en la zona de repesca con miras a Rusia. 

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