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14, octubre 2017 - 19:14

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CRÓNICA

 

Un nuevo torneo llegó, otro Clásico Joven se presentó, pero la historia volvió a ser la misma: América le ganó a Cruz Azul.

Justo cuando parecía que La Máquina podía cobrarse las últimas afrentas, las Águilas dieron un golpe de autoridad en un estadio Azul que podría haber visto su último encuentro por el orgullo si es que no se cruzan en la Liguilla.

Quintero, Peralta pusieron en ventaja a los azulcremas. Méndez acercó de penal, pero Mateus Uribe apagó cualquier intento de reacción sobre la hora,

Las Águilas vuelan rumbo a la Liguilla, misma que esperan sellar a media semana cuando reciban a Chivas en otro Clásico.

 

EL JUEGO

Sin miramientos ni consideraciones. Así salio Cruz Azul a su cancha, esa que podría despedirse para siempre del Clásico Joven después de este semestre si es que no se cruzan azules y cremas en Liguilla.

Con hambre de hacer valer su condición de local, La Máquina salió a no prestarle la pelota a su rival, morder en cada zona del terreno de juego y mostrar agresividad en cada balón. Su premio estuvo cerca de obtenerlo cuando antes del minuto, un rechace al centro de Marchesín quedó en las piernas de Ángel Mena, quien de primera fue a portería, pero su tiro fue desviado con la cabeza por Valdez. El inicio fue a tambor batiente.

El vendaval celeste hizo estallar al inmueble de la colonia Noche Buena cuando “Chaco” Giménes ganó la dividida dentro del área al meta americanista, lo que aprovechó Felipe Mora para mandarla al fondo, y aunque el grito de gol llegó, el abanderado decretó fuera de lugar para apagar la euforia azul.

Nuevo intento cementero. El 10 azul hizo un recorte vistoso sobre Edson Álvarez y habilitó a Martín Rodríguez, quien luego de una gambeta, disparó, pero pasó apenas desviado.

De a poco, las Águilas maniataron a Cruz Azul. Sus posesiones de balón fueron más largas y empezaron a dar avisos de que también podían generar peligro, y en ese tenor, Darwin Quintero encontró espacio por la parcela izquierda, el suficiente para tirar la diagonal y asociarse en una pared con Silvio Romero que lo dejó solo ante la salida de Corona, a quien venció con un suave toque por abajo.

Con el momento anímico de su lado, América tomó confianza y revirtió el inicio adverso. Quintero volvió a ser el iniciador del ataque visitante, encontró a Silvio, quien nuevamente dio la asistencia correcta para el movimiento de Peralta, para que este fusilara cruzado a Corona y ampliara la ventaja.

El equipo de Jémez intentó sacudirse el golpe y regresar a la carga, pero se encontró con una ordenada defensa amarilla que rechazó lo que llegaba a su área una y otra vez, alejando el peligro de distintas formas.

Antes del medio tiempo, Peralta pudo fulminar las esperanzas cementeras de reacción, pero luego de un buen remate de cabeza, el travesaño le dijo que no, por lo que se fueron a los vestidores con el 0-2 en el electrónico.

Con el inicio del complemento, Cruz Azul se jugó el todo por el todo. Una nueva derrota en casa ante el acérrimo rival era algo inadmisible y acortar distancias en la pizarra urgía para su causa. Felipe Mora se quedó cerca cuando controló el esférico en una jugada a balón parado, en la olla dio una media vuelta y tiró con fuerza, pero Marchesín contuvo en dos tiempos.

Al no encontrar opciones de claridad, los Cementeros cayeron un tanto en la desesperación e imprecisión; sus servicios comenzaron a ser equivocados y no se encontraban en la delantera. Ante esto, los “Millonetas” apostaron por ser cautelosos y esperar algún espacio largo en el que pudieran liquidar, ya con Cecilio Domínguez en el campo como apuesta para esto.

La polémica no podía faltar en el Clásico. Y es que Martín Cauterucció entró a los tumbos entre la defensa americanista y cayó derribado al intentar eludir al último hombre; sin embargo, Paul Delgadillo no lo consideró como infracción y dejó correr.

Por segunda vez en el cotejo, el poste salvó a Cruz Azul. Tiro libre, Darwin Quintero cobró al poste de Corona, quien se quedó inmóvil y solamente vio como el metal salvaba su arco nuevamente.

El dramatismo tampoco se quería quedar fuera del juego. La Máquina encontró finalmente la recompensa a sus intentos en una jugada donde Paul Aguilar derribó a Zúñiga dentro del área en un claro penalti que el silbante no dudó en marcar. Ahí, Edgar Méndez tomó la de gajos de manera inmediata, asumió la responsabilidad de meter a su escuadra al juego y no falló, su cobro fue perfecto, engañó a “Marche” y puso las cosas al rojo vivo para el cierre.

Con los más de 27 mil asistentes al filo de la butaca, la recta final tomó tintes frenéticos. Los esquemas tácticos quedaron de lado y la contienda se tornó de ida y vuelta.

Por si algo faltaba, Adrián Aldrete se fue expulsado por doble tarjeta amarilla al bajar a Darwin, quien amenazaba con meterse peligrosamente al área. El reloj avanzaba y la moneda seguía en el aire.

Otra vez, América pudo terminar con todo. Arce asistió a Paul Aguilar, quien entró sin marca, pero ante el bote alto de la pelota, decidió tirarse una tijera que se fue muy por encima de la portería.

En la agonía del partido, cuando el agregado ya se jugaba, Mateus Uribe metió hielo al entorno y aprovechó un error en la salida cementera para conducir hasta el área y batir a Corona, quien nada pudo hacer ante la gran definición del colombiano.

No hubo nada más que agregar. América repitió una historia conocida y le ganó a un Cruz Azul que tendrá una revancha pronto, en los Octavos de Final de Copa, a donde llegarán con las heridas frescas.

MxM

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