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17, octubre 2017 - 21:55

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CRÓNICA

Los perros fueron más feroces que los lobos.

El gran inicio de torneo que tuvo Lobos BUAP en su debut en Primera División quedó a un lado. La oscuridad que tuvo el estadio casi una hora debido a una falla eléctrica fue parecida a la de los últimos partidos de los dirigidos por Rafael Puente, que sumaron su séptima derrota del campeonato al caer ante los Xolos de Tijuana, que se mantienen firmes en la lucha por un boleto a la Liguilla.

Una mordida de los fronterizos fue suficiente para recalcar la realidad en la que se encuentra el conjunto filántropo en la etapa final del torneo, pero además, para llegar a 18 puntos con aspiraciones a buscar el  título. 

 

EL PARTIDO

Los embates fronterizos comenzaron de inmediato y la primera mordida llegó apenas a los dos minutos de iniciado el encuentro.

La zaga universitaria se equivocó en la salida y de inmediato los visitantes buscaron recuperar la posesión. La redonda le quedó a Miler Bolaños, quien sin problemas mandó el centro. En el área chica ya se acomodaba Bou, que sin más, terminó con una sequía de cuatro partidos sin marcar gol al mandar un cabezazo al fondo del arco. 

Xolos siguió buscando ampliar la ventaja, pero un apagón en el estadio obligó a que se parara el partido cerca de una hora. Los silbantes decidieron mandar a los jugadores a los vestidores y regresaron casi una hora después. 

El partido se reanudó 59 minutos más tarde. Parecía como si fuera desde cero, salvo la desventaja que ya acarreaban los lobos, que los obligó a entrar al campo con otra mentalidad. 

El reinicio despertó el hambre de los licántropos, que arañaron más de una ocasión la portería de Lajud, pero no supieron devorarlos. 

Cuando mejor jugaban los poblanos en el primer tiempo, en un contragolpe de Xolos, Bou controló el balón, se quitó la marca en la banda izquierda y desbordó a  Bolaños, quien  con la derecha, mandó al fondo del arco.  

La batalla entre perros y lobos continuó ferozmente, hasta que por fin los segundos pudieron concretar un zarpazo. Una jugada que praticaron durante todo el primer tiempo encontró en Amaury Escoto al rematador que tanto habían buscado. Así se fueron al descanso. 

En el complemento los locales salieron furiosos, pero un poco desesperados por encontrar el empate. 

El joven estratega de los poblanos gritó desde su trinchera, pero no logró que sus delanteros concretaran en la última jugada. 

Vinieron un par de arrebatos de ambas partes, pero tanto Villalpando, como Lajud estuvieron atentos. 

Anoche, el perro salió más rabioso que el Lobo y por eso Xolos mantiene vivas las esperanzas de meterse a la Liguilla, aunque para lograrlo deberá mantener esa fiereza que desplegó en Puebla. 

Por su parte, la BUAP comienza a despedirse de este torneo, en el que deberá buscar cerrar de la mejor forma para al menos alejarse de la zona del descenso.

 

MxM

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