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Mira

29, octubre 2017 - 16:30

┃ Jorge Briones

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Y fue otra gran fiesta al estilo mexicano.

Los más de 100 mil espectadores que llenaron el Autódromo Hermanos Rodríguez hicieron inolvidable, por tercer año consecutivo, el Gran Premio de México. Todavía con el recuerdo del fatídico 19 de septiembre, los aficionados a la máxima categoría del automovilismo mundial se hicieron presentes con playeras, gorras, o cualquier tipo de artículos de su piloto favorito.

Un carnaval de calaveras amenizó el evento previo a la competencia, con la música de mariachi de fondo, y aunque el rojo de Ferrari predominó en las gradas, el rosa de Force India lucía como nunca antes. Es que todos esperaban que Checo Pérez respondiera en la pista, y al grito de ¡México, México! alentaron al ídolo local.

Tras varias horas de espera, un video del temblor que azotó a parte del país hace poco más de un mes provocó los primeros aplausos del día. La bandera nacional voló por el recinto de la Magdalena Mixhuca mientras se entonaba el himno mexicano.

Así empezó el GP, con los pañuelos verdes, blancos y rojos ondeándose por el graderío. Cada rugir de los motores levantaba un sinfín de emociones entre los presentes, desde los aplausos al Ferrari de Vettel, pasando por los abucheos al Mercedes de Hamilton, hasta la afinidad por el Force India de Checo.

Las 71 vueltas fueron apasionantes, pero hubo una que le puso la piel de gallina a los presentes. La 19, sí, la de aquél día que nunca se olvidará en México. Con el puño en alto y un silencia estremecedor transcurrió ese minuto. Un minuto que sirvió para recordar a todas las víctimas y para demostrarle al mundo que #FuerzaMéxico está más fuerte que nunca.

Fue una carrera inolvidable, que vio la vuelta del campeón de Lewis Hamilton como el cuatro veces ganador de la Fórmula Uno.