La historia del futbol tiene grandes figuras, pero hay un nombre que destaca sobre todas, Diego Armando Maradona, considerado por muchos el mejor jugador que este deporte ha tenido.

Nació en Lanús, Argentina, un 30 de octubre de 1960, pero no fue sino hasta 1976 cuando pisó el césped por primera vez, portando la playera de Argentinos Juniors y enfrentando a Talleres de Córdoba; en esa temporada jugaría solamente 11 partidos, donde registró dos goles y cinco asistencias.

Con los “Bichos Colorados” jugaría hasta 1980, mostrando un gran nivel, pues pudo hacer 116 goles en 166 partidos, lo que le valió para que los grandes del futbol argentino se interesaran en él, pero Diego sólo tenía en mente un equipo: Boca Juniors.

Los “bosteros” recibían a un talentoso y joven futbolista, con ganas de convertirse en el mejor del mundo; en 1981 levantaría su primer título, siendo campeón de Argentina, terminando la temporada con 28 goles.

Pero el futbol argentino ya no era suficiente para el “pelusa” y buscaba un nuevo reto; los equipos europeos empezaron a interesarse en él, siendo Barcelona quien se llevaría a Maradona en 1982.

Si bien no tuvo su mejor papel con los blaugranas, pudo levantar títulos: una Copa del Rey, Copa de la Liga y una Supercopa de España; después de dos años en la entidad catalana buscaría una oportunidad en el futbol italiano con el Napoli.

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Con los italianos, Diego Armando Maradona tendría un mejor rol, iniciando un legado que quedaría recordado para siempre, logrando dos títulos de Liga, en 1986 y 1989, así como una Copa de Italia y una Supercopa.

Con la Selección de Argentina viviría grandes momentos, pues escribió su nombre con letras de oro, desde 1977 era un jugador constante en la plantilla de la albiceleste, pero su momento cumbre se dio en el Mundial de 1986 jugado en México.

Ya consagrado como uno de los mejores del mundo, el “10” le daba un plus a Argentina y se colocaban como los favoritos para llevarse la Copa del Mundo, ya durante el certamen arrollaban a cada equipo que se les ponía enfrente.

Sin duda hubo dos goles que marcaron su carrera, el Estadio Azteca era el escenario, un rebote ocasionaba que el balón le quedara un poco alto, así que decidió ayudarse con la mano para poder anotar el gol, uno que sería recordado como “La Mano de Dios”.

Después mostró todo lo que lo llevó a ser considerado el mejor jugador del mundo, tomó el esférico desde el mediocampo y empezó a driblar jugadores hasta que quedó frente al portero, quien también se quedó en el césped y el grito de gol retumbó en el Coloso de Santa Úrsula, pues Maradona marcaba un gol de antología, posteriormente fue recordado como el “Gol del siglo”.

Argentina siguió con paso fuerte hasta que en la final se encontraron a Alemania, pero tampoco sería un obstáculo para que Maradona y su selección se consagraran como campeones del mundo en suelo azteca.

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El oriundo de Lanús permaneció con el Napoli hasta 1991, para después ir a buscar la revancha con el Sevilla, pero una vez más la Liga Española no le daba la oportunidad de mostrar su magia con el balón.

Su regreso a Argentina fue inevitable y el Newell´s Old Boys le daba la bienvenida, aunque solamente jugó cinco partidos; parecía que la carrera de Diego ya no era la misma, en 1994 dejaba a los rojinegros para regresar a Boca sin poder marcar diferencia como en años pasados.

En el Mundial de 1994 jugado en Estados Unidos lo acusaron de usar sustancias ilegales, por lo que fue suspendido por la FIFA y así el futbolista que llegó a ser, nunca regresó.

En 1997 Diego le dijo adiós a las canchas, vistiendo la playera de su amado Boca Juniors y buscando una oportunidad con un nuevo rol en el futbol, el de director técnico.

Sin duda su papel como técnico no ha sido tan bueno como el que alguna vez tuvo como futbolista, pasando por clubes como Deportivo Mandiyú, Racing y recibiendo la oportunidad de ser el estratega de Argentina en 2008, sin hacer un buen papel.

A pesar de toda la polémica que rodeó su carrera, Diego Armando Maradona es considerado uno de los mejores en la historia, su zurda, su desequilibrio, sus goles han nutrido al futbol y será recordado por siempre.