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3, noviembre 2017 - 19:00

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CRÓNICA 

Cruz Azul quiere mantenerse en la pelea por el boleto a la Liguilla.
La Máquina sorprendió y derrotó 2-1 a Morelia en duelo de la penúltima fecha del torneo y con ello mantiene sus esperanzas para pelear por el título.
Los cementeros llegaron a 24 puntos y se colocan de momento en la séptima posición del campeonato. Además, terminaron con una racha de ocho años sin victoria en el estadio Morelos; no la conocían desde el Apertura 2009 cuando vencieron en territorio michoacano.
Con bronca incluida al final del partido, la Máquina demostró que quiere seguir pitando. Falta un partido. Están vivos.
EL PARTIDO
Cruz Azul entró al campo como si se tratara de la última jornada y de su último chance por obtener el boleto a la Liguilla.
Paco Jémez no quiso esperar mucho y de inmediato echó toda la carne al asador, con Felipe Mora, Edgar Méndez y Christian Giménez como sus hombres más fuertes al ataque.
El atrevimiento tuvo su recompensa de inmediato y apenas a los cuatro minutos, en su segundo tiro de esquina a su favor, la Máquina se puso adelante en el marcador. En una jugada prefabricada, Gabriel Peñalba peinó a segundo poste, desde el que Felipe Mora, con la derecha, encendió la esperanza de los seguidores celestes.
Monarcas no esperaba tal inicio del cuadro visitante y buscó recomponer el camino. Un desborde de Diego Valdés que no encontró rematador en el área chica, fue lo más peligroso que consiguieron los michoacanos.
La cara que Cruz Azul ha demostrado en los últimos partidos parecía que volvería a aparecer poco después de los veinte minutos, pues empezó a jugar más tranquilo, guardando el balón en propio terreno.
Pero las ganas por romper la maldición, esa de casi 20 años sin título y sin conseguir un boleto a la Liguilla fueron más fuertes y los orquestadores fueron los refuerzos extranjeros de la Máquina: Felipe Mora y Edgar Méndez. El “Gato” Silva recibió el esférico en los linderos del área y filtró al español. Méndez vio un espacio y con un túnel mandó el pase al chileno, que en el segundo poste sólo tuvo que rematar al fondo.
“Chaco” se desvivió en el campo. Es uno de los hombres del actual plantel que más quieren al equipo y eso lo demostró anoche. Corrió y buscó la redonda, se propuso en cada tiro libre celeste, pero un tirón cerca del descanso lo obligó a salir del encuentro.
En el complemento el juego fue más parejo. La tercera posición de la Monarquía salió a relucir, no querían ser arrollados.
Los michoacanos apostaron por el contragolpe, pero atrás se encontraron con Peñalba y el “Jerry” Flores, quienes evitaron el peligro.
Una falta en los linderos del área acercó a Morelia. Jesús Corona acomodó a su barrera, los once hombres de  Cruz Azul estaban en propia portería. Diego Valdés se acomodó y disparó raso, pegado al suelo aprovechando el salto de los jugadores cementeros, y mandó al fondo de la portería.
Un disparo de Valdés en la agonía del partido parecía que le quitarían a los cementeros la alegría del triunfo. Quien fuera la figura de la Monarquía lanzó un zurdazo, pero éste se fue apenas desviado.
Los fantasmas del pasado rondaron nuevamente los vagones de la Máquina. Los embates rojiamarillos pusieron a sudar a más de uno. De eso se dio cuenta  Jémez, quien en los últimos 10 minutos del partido prefirió asegurar el marcador y sacó a Peñalba y metió a Roco.
Sus decisiones tuvieron resultado, pues la Monarquía no pudo emparejar los cartones y con ello terminó con una racha de cuatro partidos en casa en los que no conocía la derrota; su última caída fue contra Pachuca en la ya lejana Jornada 5
En tanto, los tres puntos son oxígeno puro para los celestes, quien aún alzan la mano para coronarse este torneo. Cruz Azul aún  no está muerto.

MxM

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