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Mira

31, octubre 2014 - 10:54

┃ Javier Juárez

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EL olor a flor de cempasúchil se percibe en el campamento rojiblanco. La ofrenda chiva –con motivo del día de muertos– impacta en Verde Valle, mientras algunas entidades deambulan sin rumbo en los prados desérticos, ya sin futbolistas que animen la práctica.

Papel picado en tonos naranja, morado, blanco, rojo y negro, además de cuatro esqueletos de cartón adornan el lugar. Una catrina de cerca de 1.80 metros de altura le da un toque especial a la ofrenda.

En las mesas se encuentran veladoras, calaveritas de azúcar, calabazas, vasos con agua, todo lo típico a la tradición mexicana.

Ha caído la tarde y el viento sopla. Tanto que se escucha como el silbato de algún nazareno, o el grito de cierto futbolista adolorido. “¡Échala… Aquí, aquí!”, se escucha entonces. Nadie a lo lejos… El balón rueda lentamente, entre una lluvia de hojas que caen de los árboles. Efecto ocasionado por el viento o algún ánima descalza, adolorida aún por el tardío viaje del esférico.

El día de hoy, la ofrenda quedará totalmente adornada, lista para que los ídolos rojiblancos –que se han adelantado en el camino– vuelvan al mundo de los vivos…

Horas antes de este macabro escenario, José Manuel de la Torre mantenía las puertas cerradas. El interescuadras, previo al Clásico Nacional, se guarda en total secrecía. El ingreso se produce a las 11:45 horas. Las cámaras apenas captan a algunos jugadores en pleno estiramiento. Otros reposan sobre el césped. Si acaso, Omar Bravo, Ángel Reyna, Carlos Fierro y Fernando Arce afinan la puntería.

¿Cómo jugará el Chepo?, ¿repetirá alineación? La respuesta sólo él la sabe.

¿Y LAS ÁGUILAS?, MUY VIVAS
En la capital, Miguel Layún y Oribe Peralta participan juntos en la firma de autógrafos, dentro de un centro comercial de ropa deportiva. El capitán Layún luce emocionado. Se ha recuperado pronto de la lesión en una rodilla y reaparecerá en el duelo más esperado.

“Quiero jugar –dice–. Me muero por jugar –repite con frenesí–. Estoy listo, no quiero perderme el Clásico, aunque la decisión la tiene el ‘Profe’. Pero insisto, físicamente me siento apto para estar en la cancha y jugar con la misma intensidad como en cada partido lo hago, y con mayor razón ahora que se trata del partido contra las Chivas”.

Él no se conduele a la crisis rojiblanca… “Este Clásico hay que ganarlo, enfrentaríamos la Liguilla motivados”, justifica, pretencioso.

Oribe, en cambio, parece más sereno… “Jugaremos como lo sabemos hacer”, garantiza el ídolo. “Con esa intensidad que nos caracteriza”.

En lo personal, “me siento motivado y claro que quiero ganar, para que sea un sábado redondo en la cima. Y si tengo la oportunidad de anotar, qué bueno”, remata, con la moral por los cielos.