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14, noviembre 2017 - 18:23

┃ Guillermo Martínez

Box

Así lo son Humberto “Chiquita” González y Érik “Terrible” Morales, quienes comenzaron a detectar talentos entre niños y jóvenes para ir formándolos en el mundo del pugilismo.

Además de que con su entusiasmo, los hombres y mujeres de la nueva generación quieren seguir sus pasos y esta vez no sólo los mirarán a través de los medios de comunicación, sino que reciben sus consejos, sus anécdotas en forma directa en la Academia de Boxeo de donde saldrán los futuros contendientes mundialistas, así como lo fueron estas estrellas que brillan en los encordados donde se presenten.

Mientras se escucha “You need coolin’, baby, I’m not foolin’, I’m gonna send you back to schoolin’” de Led Zeppelín, por los altavoces del velódromo del CNAR, los jóvenes disfrutan del estado de shock en que entran al tener a su lado a las figuras que ganaron muchas batallas para poder lograr una mejor forma de vida.

El sueño ha iniciado con los juveniles que buscarán que algún día su nombre sea vitoreado por cientos o miles de seguidores y poner el nombre de México en todo lo alto.

Durante el selectivo, la “Chiquita” se deja consentir, tomarse fotos o autografiar guantes, mientras algunos padres de familia que asistieron con sus hijos, hablan del pasado de este boxeador nacido en el corazón de Ciudad Nezahualcóyotl y que el deporte condujo a llevar una vida equilibrada hasta ser campeón del mundo.

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Humberto se pierde con su 1.55 metros de estatura de entre los jóvenes que lo rodean luego de hacer las actividades físicas y que solo en su mente podrían pedirle una reta arriba del ring. Carismático como es, tuvo que esperar 24 peleas para conseguir una oportunidad de título mundial. Eso también lo van aprendiendo los púgiles para que vean que el camino no será fácil, pero que trabajando duro también podrán ser cargados en hombros con sus cinturones de campeón.

“Siento este proyecto muy grande, muy entusiasmado y fabuloso porque es lo que desea la juventud, que se les apoye. Así que lo único que deben hacer es entrenar. Ese es el compromiso, entregarse con todo a la disciplina, al deporte. En diferentes partes del país hay muchos que desean crecer en el boxeo, por lo que deben aprovechar este momento. Y nosotros ponerles atención para que logren confianza y lleguen a lo máximo que es ser campeón mundial”, platicó la “Chiquita” mientras daba algunas técnicas.

Mientras que en el otro ring, el “Terrible” Morales, quien es orgullo de la Zona Norte de Tijuana, comentaba a los jóvenes que es considerado entre los cinco peleadores más grandes del pugilismo azteca y su nombre pronto reposará en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional.

Érik se puso los guantes a la edad de cinco años, acumuló 118 peleas como amateur, de las cuáles ganó 110 y perdió sólo ocho, hasta convertirse en campeón del mundo cuatro veces.

Los nuevos púgiles escuchaban atentos. Admirados por el trajinar que pasó para conquistar títulos hasta llegar a ser una leyenda. Además de que fue el primer mexicano en derrotar a Manny Pacquiao.

El boxeo nos dio muchas oportunidades, por lo que ahora es tiempo de regresar algo para estos jóvenes que desean llegar a ser lo máximo en el boxeo. Todo lo mío es por esta disciplina y mi sentir es que quiero ayudar a que busquen otra forma de vida vinculada al deporte. Me emotiva el ver que sí hay talento y que solo hay que ir puliéndolos. De aquí van a salir grandes campeones, sin lugar a dudas”, dijo Érik Morales ante el asombro de los familiares que aplaudieron su presencia.

Así, la nueva generación de boxeadores late fuerte en la Academia, donde han puesto sus esperanzas y sus sueños mientras Led Zeppelín les manifiesta: “Way, way down inside honey, you need it, I’m gonna give you my love… I’m gonna give you my love”.