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18, noviembre 2017 - 19:00

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CRÓNICA

Con su futuro en sus manos, Cruz Azul terminó con la mala costumbre de fallar a la hora buena, al menos para conseguir el pase a la Liguilla,  misma a la que después de tres años podrá regresar gracias al triunfo sobre Veracruz.

La justicia se hizo presente ya que La Máquina lo buscó con insistencia ante un muy pobre Veracruz que únicamente fue comparsa durante los 90 minutos y propuso poco y nada en el terreno de juego.

Los Cementeros se repusieron de un penalti fallado por el “Gato” Silva y enmendaron el rumbo con un cabezazo de Felipe Mora, quien se convirtió en el héroe de la tarde al marcar en solitario para el 1-0 definitivo.

La fiesta grande recibirá a un viejo conocido, un invitado que la anhelaba como nadie y que llegará con sed de beberse esa copa para romper con otro ayuno, el importante, el de 20 años sin la Liga.

 

EL JUEGO

La eterna revancha que el futbol le da a Cruz Azul lo volvió a poner en una última jornada con el destino en sus manos. Una victoria ante Veracruz bastaría para poner final al ayuno de seis torneos consecutivos sin Liguilla y volver a entrar a la contienda por el título que no se da desde hace casi 20 años.

Sin llegar al lleno, el estadio Azul registró una gran entrada. Sus gradas se resistían a la idea de que este pudiera ser la última presentación de La Máquina en la colonia Noche Buena y se poblaron a pesar de que el contrincante, en el papel, no vestía mucho.

Los Cementeros entendieron a la perfección el contexto y desde que el silbante dio el silbatazo inicial, salieron a ofender a su rival, apretarlo en la salida y buscar por todas las vías hacer daño en el ataque.

Los escualos, sin nada que pelear más que la suma de los puntos para la tabla porcentual, opusieron poca resistencia de inicio y se dedicaron a tratar de repeler de cualquier forma los embates azules, que estuvieron muy cerca de rendir dividendos cuando Mora fue derribado dentro del área para que Macías señalara sin dudarlo hacia el manchón de penalti, en donde Francisco Silva fue el encargado de encaminar a los suyos al objetivo; sin embargo, su disparo impactó en la base del poste  y se negó a entrar. El viejo aroma a sufrimiento rondaba la cancha del Azul.

Por si eso no hubiera sido suficiente, Veracruz dio un aviso de peligro cuando en un tiro de esquina pasado, Ruiz se encontró con la de gajos, y sin pensarlo dos veces, le pegó con potencia para que esta vez el metal se encargara de salvar a los locales.

La respuesta vendría minutos más tarde, cuando el grito de gol se volvió a quedar atorado en la garganta de los hinchas azules al ver como Felipe Mora se levantó en el aire para ganar la posición y rematar de cabeza a la base del metal, pero Melitón reaccionó con reflejos felinos para mandar a tiro de esquina.

Pese a encimar al tiburón, Cruz Azul no fue capaz de reflejar su superioridad en el marcador y se fue al descanso con el empate en el electrónico.

Para el complemento, y con el reloj en una cuenta regresiva en su contra, los azules pisaron el acelerador. Peñalba tuvo la primera clara cuando fue habilitado en la entrada al área, y sin marca, remató a ras de césped, pero Hernández rechazó con la pierna.

Tanta insistencia al fin recompensaría a Cruz Azul. Tuvo que ser en una pelota parada, un tiro de esquina ejecutado por Rodríguez, quien buscó y encontró a Felipe Mora, quien se levantó ante su marca para meter un testarazo a segundo poste que la defensa no pudo sacar sobre la raya. El azul estalló en jubilo gracias al chileno. La Liguilla se sentía más cerca que nunca.

Con la ventaja, los celestes parecía que no dejaban del todo a un lado la etiqueta del sufrimiento y en un descuido de su defensa, Díaz tuvo la oportunidad de empatar los cartones al quedar con posición de remate, misma que aprovechó para tirar cruzado, pero Corona evitaría la catástrofe con una estirada oportuna.

Como tenía mucho sin suceder, los aficionados se compenetraron por completo con sus jugadores. No era para menos, la Liguilla era una realidad y con ello, la esperanza de poner fin a la malaria de casi dos décadas sin ser campeón.

MxM

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