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Mira

19, noviembre 2017 - 20:27

┃ Notimex

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Por desgracia se cumplió el adagio que más valiera no decir, pero que es imposible cuando a la vista saltaron al ruedo seis toros de Teofilo Gómez que no hicieron honor a su casta y por el contrario mostraron una inconmensurable mansedumbre: tarde de expectación, tarde de decepción. No aplica mucho la otra frase, “los toros no tuvieron palabra de honor”, ya que este hierro queretano ya se ha hecho famosa, pero por sus toros que no representan mayor emoción ni trasmisión en el ruedo, así que más bien, la divisa cumplió con su palabra. Efectivamente, la mayoría contó con calidad en la embestida, ya que metieron la cabeza muy bien, sobre todo los tres primeros, sin representar mayor peligro para los experimentados toreros, que aunque les hicieron faenas, jamás será lo mismo docilidad por bravura. En el castigo del picador los seis toros recibieron a penas un piquete y en su recorrido, que más bien fue un paso a pasito, demostraron sobrada nobleza; los tres últimos, en definitiva, no tuvieron función y los toreros prácticamente acortaron sus labores. Afortunadamente ni Julián López ni Joselito Adame optaron por el toro de regalo; el primero cortó una oreja en su primer toro, perdió trofeo en su segundo astado luego de hacer una faena de corte artístico y su tercero no colaboró; mientras que Adame se fue de vacío, dejando momentos de mucha profundidad sobretodo en su primer astado, en su segundo detalles de mucha valía y su tercero no funcionó.

La tarde concluyó con un sabor agridulce, pero al final a los toreros es lo que les gusta lidiar: comodidad para ellos, aburrición para el público.

 

HOMENAJE A “ARMILLITA”

La primera corrida de la Temporada Grande recibió a la afición con un gran arreglo floral en el centro del ruedo, que decía: Temporada Grande 2017-2018 ¡Hasta siempre, maestro!

Esta última frase en memoria del matador Miguel Espinosa “ArmillitaChico”, recién fallecido y tras el paseíllo se rindió un minuto de aplausos como homenaje póstumo.

La primera ovación de la tarde fue para ambos matadores, puesto el público los llamó para tributarles aplausos en el tercio del redondel. Tarde agradable, fría al final; casi lleno en el tendido numerado y un cuarto en general. Sin duda, muy buena entrada y un estupendo ambiente antes, durante y después del festejo. La gente está habida de toros y en cierta medida se quedaron con ganas de que el festejo rompiera a más.

 

LOS TOROS

Compadre, descastado, se dejó sin problema, leves pitos en el arrastre. Misionero, de excelente calidad, recorrido justo. Rebujito, de muy buena calidad, aplausos en el arrastre. Despacio, de mayor mansedumbre. Cielo Rojo, malo, sin raza, Pitos. Mi rey, no funcionó.

En presencia cumplieron.

 

SOLITARIA OREJA

Y apareció el esperado Julián López, quien tuvo detalles con la capa, para luego del puyazo brindar su faena en los centros del ruedo, mirando al cielo. Tras los pases de tanteo el madrileño de inmediato tomó las distancias para enredarse al natural en una tanda que impactó enseguida al tendido. Ligó un par de tandas más sin la misma intensidad y en algunos pases ayudándose con el estoque simulado, pero el madrileño intensificó la labor con dosantinas de gran nivel combinados con más tandas por la izquierda que remataron una faena, que de haber contado con un toro de mayor transmisión la propuesta del torero hubiera sido de mayor impacto. Estocada para oreja.

Quitó por chicuelinas el diestro en su segundo toro y para la faena de muleta el socio ya estaba acusando su falta de raza; embistió sin la alegría que emociona, ante lo que Julián extrajo pases por ambos lados, eso sí, de gran calidad, dándole todas las ventajas al animal, que realmente no dijo nada para llamarse bravo. Pasó por pasar ante la muleta de su lidiador, quien le formó una labor que gustó al público por la extrema lentitud conque acudió el astado. Julián le hizo de todo y cuanto pudo al sumiso colaborador. Lástima que estuvo mal con la espada, pues se dio a pinchar. Recibió fuerte ovación en los medios y luego fue tributado en los tercios, para al final dar la vuelta al ruedo.

El tercero de su lidia no funcionó, débil y sin raza. El público no estaba para esperar y presionó para que mejor lo despachara.

 

EN BLANCO

Joselito Adame también era esperado con una expectativa amplia; se guardó el repertorio de lances en su primera intervención. Con la muleta, tras brindar el respetable, el torero realizó una faena de calidad que tuvo lo mejor por el lado derecho; no fue el mejor toro en cuestión de recorrido, por lo que Adame tuvo que enseñarle el camino de principio para luego aprovechar el mejor momento del animal hilvanando tandas de trazo largo. Por supuesto la calidad del toro fue inmejorable, ya que metió la cabeza en todo instante, amén de contar con una nobleza insuperable. Joselito supo extraerle lo mejor de sí, dejó ver la profundidad de su toreo, llevando a su socio bien toreado hasta que dio de sí.

Estocada que no bastó y tuvo que hacer uso del descabello y escuchó algunos pitos.

Habiendo dejado emocionante intervención en quites con la capa y transcurrido el tercio de banderillas, se fue Adame a sentarse al estribo de las tablas para comenzar a torear, cosa que no gusto a un sector del público. Y si, salió otro astado con fijeza y calidad en su embestida, pero falto de emoción y bravura. Joselito le cuajó muletazos, pero ante la mansedumbre del astado la labor tuvo poco interés en el público. Pinchazo y estocada.

Con el cierra plaza, Adame había dejado sensaciones plausibles con la capa y teniendo en enfrente una tarde que se ponía cuesta arriba, se animó a banderillear, alborotando el cotarro con la excelente colocación de los palos. Para la muleta el toro llegó desinflado, sin nada que ofrecer. Mal matando.

VÍA: Miguel Ángel García

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