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23, noviembre 2017 - 20:07

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POR HÉCTOR REYES

La marchista juvenil Alegna González fue la única representante de la Marina que recibió el reconocimiento al Mérito Deportivo Naval, segunda clase, de manos del Presidente Enrique Peña Nieto, dentro de la festividad del 107 Aniversario de la Revolución Mexicana, celebrado en el Campo Marte.

Al día siguiente, la deportista junto con sus compañeros de equipo dirigido por Ignacio Zamudio, entrenaron en Paso de Cortés, entre el Iztaccíhuatl y Popocatépetl dentro de la fase general de la preparación de cara a la temporada que arranca con el Gran Premio Internacional de Marcha, en marzo del 2018.

Entre los 57 condecorados y militares que recibieron ascensos, la más joven de las representantes de las Fuerzas Armadas, se sentía orgullosa de haber sido felicitada por el Jefe del Ejecutivo, como lo hicieron en su momento sus compañeras de equipo Yaneli Caballero y Valeria Ortuño.

La esbelta deportista comentó que “estuvo padre la ceremonia militar, muy bonito todo”, en un año redondo para ella, enrolada en la institución armada desde julio pasado. Logró ubicarse en la primera posición en el Circuito Internacional de Caminata de Monterrey y Ciudad Juárez, de la Copa Panamericana de Marcha y el Campeonato Panamericano sub 20.

El Presidente le entregó el reconocimiento junto a las arqueras Alejandra Valencia, Mariana Avitia y el andarín Ever Palma, ganadoras de la medalla de plata en el pasado Campeonato del Mundo por equipos junto con Aída Román y plata por equipos de caminata en los Juegos Mundiales Universitarios, respectivamente.

Este es el primer reconocimiento de esta naturaleza que recibe Alegna y expresó que el Presidente la felicitó, le preguntó su edad y su peso, mientras recibió el reconocimiento.

El entrenador Ignacio Zamudio estaba feliz de su pupila, pero el trabajo no puede parar y en esta fase, sus andarines continuaron su preparación en la montaña como lo hacía Jerzy Hausleber con él. Por la ubicación del CNAR, se ahorran al menos tres horas de camino si lo tuvieran que hacer el entrenamiento en el Nevado de Toluca o el Centro Ceremonial Otomí.

“La mejor opción siempre era el Popocatépetl por el tipo de terreno, la arena y el trabajo aeróbico y de fuerza, nosotros seguimos realizando, pero yo no voy al Nevado, porque no tendríamos tiempo de descanso para la segunda sesión de entrenamiento”, expuso Zamudio, sexto lugar olímpico en Atlanta 1996.

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