POR ALEJANDRO ALFARO

La serie que generó más expectativa fue la que menos ofreció. La ausencia de goles en el Clásico Joven predominó en 180 minutos y gracias al reglamento, América se metió a la Semifinal a pesar de las lesiones y ausencias por suspensión, por lo que ahora tendrá que medirse ante Tigres si es que quiere pelear por lo más alto del Apertura 2017.

Cruz Azul se murió de nada. Se cansó de tener la pelota, pero nunca supo que hacer con ella. Llenó el área de centros que jamás pudo convertir y vio diluidas sus esperanzas de terminar con 20 años sin salir campeón. El amarillo les volvió a pesar.

Sin la Tabla General de su lado, las Águilas enfrentarán la rifa del tigre, seguramente miércoles en el estadio Azteca y sábado en San Nicolás.

EL JUEGO

La tensión se respiraba en el ambiente. Era un Clásico, pero con mucho más en juego esta vez al tratarse de la definición de la serie de cuartos de final que con el empate sin goles en el juego de ida, tenía la moneda en el aire, aunque con tintes un tanto azules, ya que a pesar de que Cruz Azul era el obligado de ir por las anotaciones para no quedar eliminado, la circunstancia dictaba que un tanto celeste obligaba a América a marcar dos ante su falta de dianas como visitante a media semana.

En ese tenor La Máquina entendió como tenía que jugar y al igual que en el primer capitulo de la serie, buscó hacerse de inmediato de la posesión del esférico ante unas Águilas que no parecían incómodas con la idea y cedieron la iniciativa a su contrincante a la espera de poder encontrar algún espacio largo en la contra con Quintero, Peralta y Romero como sus armas.

Con el balón en su poder, pero sin ideas, los azules no encontraban como hacer daño a la bien parada zaga crema, que se encargó de rechazar cuanto centro llegó a su área.

Del otro lado, Corona tenía una noche tranquila, aunque su defensa no le ayudaba del todo, ya que un par de errores en la salida hizo que quedaran mal parados; sin embargo, los atacantes amarillos no supieron aprovechar y no capitalizaron los yerros de sus oponentes.

Los Cementeros bien pudieron irse al descanso con la ventaja, pero la falta de contundencia en conjunto con las intervenciones de Agustín Marchesín permitieron que la meta americanista se fuera intacta al medio tiempo.

Primero fue un tiro libre de Francisco Silva que amenazaba con colarse, pero Guido Rodríguez metió la cabeza para desviar. Posteriormente, un tiro de esquina en el que Mora remató a bocajarro fue a dar directamente a la ubicación del portero crema. Sería el mismo Felipe quien tendría el 0-1 en sus piernas con un rebote cerca del área chica, pero Guido se revolvería de nuevo para impedir que les clavaran el primero.

 Ya en el complemento, América tuvo una clara. Peralta logró asociarse con Quintero, quien pudo recibir sin marca en el área, pero de forma precipitada intentó tirar cruzado, sin darse cuenta de que podía asistir a un Romero sin marca. Terminó con un disparo desviado.

Los “Millonetas” de a poco encontraban los huevos que deseaban y nuevamente tuvieron el chance de mover el electrónico cuando Vargas habilitó a Peralta, quien dentro del área amagó a su marcador, cortó hacia al centro pero culminó con un  envío sin fuerza a las manos de Corona.

Con los segundos avanzando de manera irremediable, Cruz Azul se jugó el todo por el todo, matar o morir, y cerca estuvo de recibir el primer golpe en contra en un contraataque americanista comandado por Miguel Samudio, en el cual cedió para que Quintero eludiera al meta azul y alcanzara a meter un centro sobre la línea que Peralta no llegó a empujar.

A sabiendas de que no había mañana para su causa, los dirigidos por Paco Jémez se fueron al abordaje en busca del gol del triunfo, un tanto que les diera tranquilidad con pocos minutos en el reloj. Giménez y Cauteruccio nutrieron la ofensiva de La Noria, era lo mejor que tenían en la banca.

Nuevo contragolpe para las Águilas. Esta vez fue Ibarra el que llegó solo ante pos aposentos de Jesús Corona, pero al igual que sus compañeros, no tuvo la frialdad para hacerla buena y cuando quiso definir entre las piernas del portero, el esférico se fue apenas junto al poste.

Los azules respondieron en la pelota parada, un tiro de esquina que llegó hasta la zona de Mora, que remató picado, pero “Marche” se lanzó para atrapar la bala blanca y abrazarla para no conceder rebote.

Los niveles de tensión alcanzaron su máximo punto en Santa Úrsula conforme avanzaba la recta final. Los de casa buscaban consumir el cronometro a como diera lugar, mientras que la visita quería acelerar todo y aprovechar cada instante.

La última, la que parecía la del fin de los fantasmas, la tuvo Mora en un rebote en el corazón del área que le quedó a modo, pero en su media vuelta la voló ante la incredulidad del pueblo azul.

Finalmente todo se resumió a un balón parado en donde Corona se fue a rematar, pero nada fructificó. Fernando Guerrero tomó  la de gajos y dio el silbatazo final para decretar a América como semifinalista y cerrar su emparejamiento ante Tigres.

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