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Mira

27, noviembre 2017 - 10:08

┃ Fernando Schwartz

Marchesin

 

Cruz Azul fue más que América en toda la eliminatoria y una vez más se quedó en la orilla del río. Increíble cómo La Máquina tuvo todo para ser y no pudo, ante unas Águilas que terminaron boca arriba y que además han tenido tremendo bajón de definición frente al marco rival. América no anda de jornadas atrás, porque aunque no recibe goles, no anota y le falta punch al frente. Mucho tendrá que mejorar para poder dejar fuera a Tigres, que en el papel luce como gran favorito, mientras que Monterrey luce igual frente a Monarcas para una sonada final norteña.

Cruz Azul se tiene que ir esta vez con la cabeza en alto, por lo que puso en la cancha, por la cantidad de elementos que mandó al frente Jémez, jugó con todo y Marchesín se agigantó en la portería en los dos partidos, para permitir que América esté en semifinales, pero por ahora, con poco qué ofrecer.

La Máquina fue pródiga en posesión de balón y los latigazos de las Águilas no fueron concretados. América, increíble como local, jugó a la contra y no pudo horadar la portería de Corona, quien tuvo dos brillantes intervenciones, pero es indiscutible que la noche se la llevó Marchesín, en un partido tenso, tosco, de roce, que en el primer tiempo no desencadenó la cantidad de emociones que se vivieron en la segunda mitad, y que enmarcan el misterio que siempre acompaña a las Liguillas, aunque esta vez manifiesto me siguen sorprendiendo que ningún estadio se llenó en los cuartos de final.

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A Cruz Azul no se le puede reprochar nada. Dejó el alma en la cancha. Rocco y Velázquez se comportaron a la altura en los 180 minutos de esta batalla, manteniendo el cero en la portería de Corona, que de paso también brilló. En el medio, el triangulo compuesto por Baca, Peñalba y Silva, tuvo tremendo desgaste y que difícil fue la decisión de Jémez de dejar a Mena en tribuna y jugársela con Martín Rodríguez. El técnico español dio todo desde la banca cuando mandó a “Chaco” y Cauteruccio, después a Zúñiga, pero atrás para batir a Marchesín se necesitaba algo más.

Es difícil hacerle entender a la afición azul que esté orgullosa de su equipo en esta ocasión, porque la sequía se prolonga. Se llega a los 20 años sin título y eso duele, pero más lo seria si no se hubiera dejado hasta la ultima gota de sudor en la cancha y mostrando el alma, más el corazón que tanto se le ha reclamado en el camino.

De América, hay que destacar el buen partido que tuvo Guido Rodríguez, quien realmente fue un tapón importante en el medio campo. Además el revulsivo que mandó “Piojo” con Ibarra, le dio mayor penetración, aunque no definición al equipo.

Tras lo visto en cuartos, Rayados se ve imponente. El equipo de Mohamed pasó por encima del Atlas y dando espectáculo con grandes goles. Tigres sufrió de más, pero ya sabemos su historia de diciembre. Monarcas renació de entre sus cenizas, dejando atrás el porcentaje y siendo ahora protagonista. La Liguilla en semifinales y todo apunta hacia el Norte, aunque el centro lo quiere impedir.