POR MARCO POLO ZÚÑIGA

En la vida hay que hacer sacrificios en busca de los sueños, Christian Giménez, último referente del Cruz Azul y ejemplo en el futbol mexicano, tuvo que dejar al equipo de sus amores para llevar su liderazgo al Pachuca, otro club al que le tiene cariño, en la recta final de su carrera futbolística.

A pesar de que no logró conquistar una Liga MX en ocho años de estancia, el “Chaco” quedó en la perpetuidad celeste por su valentía, profesionalismo y entrega, al ESTO confesó que su salida del Cruz Azul se dio en buenos términos, siempre agradecerá el respaldo que le brindó toda la organización cementera encabezada por Guillermo Álvarez Cuevas.

“Me voy agradecido con la gente del Cruz Azul, siempre me trataron muy bien y me apoyaron, así es el futbol, esta vez fue decisión del técnico y hay que entenderlo, la verdad es que el presidente (Guillermo Álvarez Cuevas) se portó de maravilla conmigo en todo momento, Eduardo de la Torre y Pedro (Caixinha) hablaron conmigo y mi decisión era seguir con mi carrera futbolística”, reveló el experimentado argentino.

Uno de los futbolistas más consentidos de La Máquina en la historia reciente, en la que será recordado por las lágrimas que derramó en el título de la Concachampions o el éxtasis al levantar la Copa MX, hasta en mostrar su gallardía en los momentos de más apremio.

“Más allá de no haber ganado un título de Liga, la gente se identificó mucho con mi juego, con mi personalidad, por mi comportamiento en la cancha, muchas veces me dijeron que sentían identificados con mi juego, dando la cara en todo momento y la gente me lo respondió con mucho cariño durante estos años”, acentuó el futbolista de origen sudamericano.