LOS TEMORES DE MASSIMO BUSACCA SE HUBIERAN REFORZADO

POR EDUARDO BRIZIO

El pasado sábado, el juez César Arturo Ramos Palazuelos tuvo la dicha inicua de pitar la gran final del Mundial de Clubes, celebrado en Abu Dhabi, en donde el Real Madrid se coronó derrotando al Gremio de Porto Alegre, por la mínima diferencia.

Para mi gusto cumplió, sin embargo, muchos analistas arbitrales querían guisar una parte de la virilidad del silbante mexicano en chilpachole, porque no dejó con 10 hombres, temprano en el partido, al equipo brasileño tras una plancha cometida directamente a la pantorrilla de Cristiano Ronaldo.

No están ustedes para saberlo, estimados lectores del Diario de los Deportistas, ni yo para contarlo, pero sucede que Massimo Bussaca, ex árbitro suizo y actual presidente de la Comisión de Árbitros de FIFA, no ve con muy buenos ojos que digamos a los nazarenos aztecas, porque opina que “son muy protagonistas”; dicha apreciación, es compartida por el norteamericano Bryan Hall, presidente de la Comisión de Árbitros de Concacaf ¿Será?

La cosa es que los hechos respaldan a Bussaca: Mario Rubio expulsó a Maradona, en España 1982; Arturo Brizio, al “Diablo” Echeverry en la inauguración de Estados Unidos 1994, y en Francia 1998 a Zinedine Zidane; así como al “Burrito” Ortega. Igualmente se recuerda que Felipe Ramos hizo lo propio con Ronaldinho, en Corea-Japón 2002. Que “Chiquimarco” botó a: Tim Cahill, y a Estrada, en Alemania 2010, para en Brasil 2014 mostrarle la roja a Marchisio; mientras que Armando Archundia mandó a bañar temprano al checo Jan Polak. Todo esto, sin mencionar la polémica final pitada por “el doctor”, en Italia 90.

Sin duda, esta situación hace que los comisionados, al designar a los encargados de dirigir partidos estelares de alto riesgo, a nivel internacional, tengan temor de encargárselos a los hombres de negro representantes del terruño querido.

Hay quien piensa que “todos los partidos son iguales, que la regla no distingue entre un amistoso y la final de la Copa del Mundo” ¡Difiero!, baste mencionar que, al referirse al “espíritu del juego” está escrito en la regla de juego: “Los árbitros deben aplicar las reglas del juego correctamente; pero, con sensibilidad y sentido común para crear una atmósfera positiva en el campo de juego. Es muy importante que los oficiales dirijan de una manera que beneficie al juego y esté en simpatía con las emociones y los requerimientos de cada partido”.

Pienso que una amarilla hubiera bastado, en la patada sobre CR7, para darle una buena conducción al partido. Se pedía un penal, a la infracción cometida por Sergio Ramos, apretada, muy polémica.  Digo, si ambas jugadas hubieran sido tan evidentes para los criterios que FIFA pretende establecer en una final, hubieran utilizado el vídeo arbitraje, que en el último de los casos estaba disponible en ese partido.

“Haiga sido como haiga sido”, el silbante mexicano puso un pie en Rusia 2018 y el otro en una cáscara de plátano. Nadie sabe qué hubiera pasado si aplica la regla a raja tabla; tal vez hubiera dejado contentos a los “analistas” arbitrales, pero… los temores de Massimo Busacca se hubieran reforzado.