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22, diciembre 2017 - 19:46

┃ Héctor Reyes

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POR HÉCTOR REYES

El finalista olímpico Alberto Álvarez con el apoyo del Instituto del Deporte de Nuevo León y la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo tiene el privilegio de formar parte del equipo de uno de los mejores entrenadores del mundo en salto triple: Jeremy Fischer, en Chula Vista, California, donde se encuentra ubicado el Centro Olímpico de Estados Unidos,  con un proyecto que culminará durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

“El especialista que prepara a Will Claye tiene mil propuestas de ir a entrenar con él, entonces cuando supo que yo estaba buscando entrenador y me vio en Juegos Olímpicos el año pasado, le interesé y dijo que si tenía capacidad para saltar arriba de 17.30 metros. Entonces, si aceptó el proyecto, porque le llegan muchos atletas, pero no cualquiera entrena. En mi caso si aceptó, si quiso y es un plus para saber que si hay capacidad”, afirmó el atleta que este año participó en el Campeonato Mundial de Atletismo de Londres, Inglaterra, y los Juegos Mundiales Universitarios de Taipei.

Dentro del programa del ciclo 2016 – 2020, durante los Juegos Panamericanos de Lima, Perú, espera  obtener la marca con un año de anticipación a la cita olímpica, comentó Alberto, quien se ha dedicado estos días a arreglar asuntos personales en Monterrey, donde entrenaba bajo las órdenes de Francisco Olivares en el Tecnológico de Monterrey, escuela en la que se graduó como licenciado en Derecho.

“Era salir de mi zona de confort, acepté y es un proyecto que tiene la finalidad de quedar entre los primeros cinco en los Juegos Olímpicos del 2020”, insistió el atleta originario de Quinta Roo, por lo cual no podrá pasar la Navidad y Año Nuevo con la familia, a la que podrá ver hasta finales del 2018, ya que el compromiso que adquirió es de tiempo completo.

“Me llegó en un momento crucial de mi carrera y a tres años de Juegos Olímpicos”, destacó el atleta mexicano en una época que los apoyos económicos no se prodigan en el deporte mexicano, pero pudo conjuntarlos en su caso para emigrar a Estados Unidos. Alberto tiene la confianza de dar el salto de calidad competitiva. En este 2017 consideró que fue un año de transición, no se lesionó y mantuvo marcas estables en el contexto internacional.

“Pero no era lo que quería, no era lo que esperaba y se presenta el proyecto, analizo si realmente valía la pena seguir en México o no y con esta posibilidad tengo la opción de buscar un resultado más planeado, un objetivo más directo que sería ubicarme entre los primeros cinco lugares del mundo”, reiteró el saltador que este año finalizó en el lugar 44 de la clasificación del salto triple de la IAAF.

Aunque no es una prioridad los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia, el salto triple en la región es una de las pruebas más competidas. En la rama femenil,  se ubican la número uno y dos del mundo, la venezolana Yulimar Rojas y la colombiana  Caterine Ibargüen, en tanto en la rama varonil tres cubanos están colocados entre los primeros 10 del mundo, entre ellos Pedro Pichardo, rival a vencer en el verano próximo.

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