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Mira

4, noviembre 2014 - 10:07

┃ ESTO

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CORTESÍA DE JESÚS TEPEPA

SE escucha el relinchar de esos equinos cabalgando a través de praderas fantásticas… el arte de histrión ha envuelto a esos mustangos que se ven frente a seres humanos… El 19 de este mes, en la Gran Carpa Santa Fe, los prodigios se volverán realidad al viajar por diversos horizontes: Cavalia Odysseo.

Sobre una mágica pradera de más de mil metros cuadrados con treinta y ocho metros de impresionante altura, más un cristalino lago, así como el ensoñador carrusel, caballos como emergidos de algún óleo pintado con hechizantes pinceles a través del corazón de algún artista sumergido en el universo de la fantasía.

Quienes asistan se verán transportados hasta la sabana de África, un sitio en Estados Unidos, la siempre embrujante Aurora Boreal, la misteriosa cueva de hielo, o el sortilegio en la Isla de Pascua… el mundo transformado por el poder del ímpetu.

Esta maravillosa oda al caballo va más allá de un homenaje o reconocimiento hacia tan ancestral cuadrúpedo… es el sentir del humano mostrando gratitud a la vez que búsqueda por vivir en armonía con otro ser viviente hijo de máter natura.

Nadie puede negar que ya sea pony, percherón, pura sangre en estado primitivo o bien domesticado, el caballo ha acompañado al humano en esa travesía per sécula secuolorum en este mundo llamado tierra, paradójicamente rodeado por agua.

El sitio elegido ha experimentado una singular metamorfosis… los cantares se volvieron cuadros. Lienzos de belleza indescriptible pero que bien pueden ser vistos no solamente con una mirada común, sino también con los ojos del alma, esa ventana mágica que observa más allá de lo que presente un horizonte.

El sueño de libertad se acaricia en Cavalia Odysseo, ¡a todo galope!

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