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31, diciembre 2017 - 8:52

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POR ARTURO LÓPEZ ESCALONA

FOTOS: JORGE BARRERA

El 2018 está a la vuelta de la esquina. Este año que está a punto de expirar se fue como un suspiro. Sólo queda la reflexión de la cosecha de logros, de la experiencia por las caídas y de lo que nos proponemos para tratar de mejorar como seres humanos cada quien desde su trinchera y en el caso de la clavadista de altura, Adriana Jiménez, el 2017 fue un año muy fructífero, muchos logros llegaron sin que ella los esperara, por lo que espera la llegada del año nuevo con mucha ilusión.

“No quiero dejar ir 2017, la verdad, quiero estar en este año por mucho tiempo; pero, hay que cerrar con otro capítulo en la vida, otra etapa y abrir uno nuevo, abrirlo con muchas más ganas con toda la experiencia que nos dejó este año, con las cosas que no salieron tan bien, mejorarlas. Con mucha ilusión y mucha fe hay que recibir este 2018, que para mí y espero que para todo México sea un año maravilloso”.

Fiel a la costumbre, Adriana compartió con nosotros sus mejores deseos ingiriendo las tradicionales 12 uvas, cada una que de acuerdo con la tradición, representa un deseo.

Celebrar el Año Nuevo es una festividad cargada de optimismo, es una noche especial, el calendario cambia, inicia la cuenta regresiva para otros 365 con oportunidades por llegar y metas por cumplir, desde la económica, laboral y personal.

La felicidad va implícita en cada aspecto de la vida misma.

Adriana nos acompañó en la redacción del Diario de los Deportistas para reconocer que en su trayectoria ha tenido altibajos, pero gracias a su convicción, nunca se dio por vencida y logró alcanzar sus propósitos, mismos que hoy se ven reflejados con la medalla de oro en Abu Dabi y la obtención del Premio Nacional de Deportes.

Sin lugar a dudas, es todo un ejemplo a seguir y no cabe duda que va en busca de más objetivos.

“Llega un momento en el que ese gremio tan importante existe de tan ocupada que estoy, no me pasó por la cabeza que iba a estar nominada y menos ganarlo”, platicó Adriana, quien luego de atravesar por años complicados obtuvo lo que es por demás merecido.

TRADICIÓN

Es precisamente que el brindis de uvas que Adriana Jiménez compartió en ESTO signifique un año lleno de prosperidad, de logros y de buena suerte en cada acontecimiento.

Hay que recordar, que esta tradición de comer 12 uvas justo al sonar de las 12 campanadas llegó procedente de España a América Latina.

De acuerdo con la tradición, se debe consumir una uva con el sonido de cada campanada de la medianoche.

Es que de acuerdo con los registros históricos, la primera vez que se celebró fue en 1880, cuando la clase burguesa española imitó a la francesa, comenzó a celebrar la Nochevieja comiendo uvas y bebiendo vino.

Sin embargo, algunos acreditan a las prácticas paganas heredadas de la cultura imperial de la antigua Roma, donde las uvas eran consideradas un manjar para los emperadores.

Termina el año y nuevos retos están a punto de comenzar.

PLENITUD

Adriana Jiménez es considerada como una de las mejores clavadistas de altura a nivel mundial, su historia de éxito podría relacionarse con su carácter amable y su actitud positiva ante la vida.

“Me siento tranquila, muy plena, lo disfruto mucho, vivo el día a día; esa tranquilidad no la cambio por nada”, reconoció Adriana, quien transmitió su felicidad a través de su carácter alegre y energía positiva.

Agradecida con el Diario de los Deportistas por el apoyo y la difusión, aseguró que no ha sido sencillo llegar hasta donde está parada. “Es difícil como todo, como todas las jornadas de trabajo de todos los mexicanos, es complicado enfrentarte a nuevos retos y potencias, pero cuando estás bien preparado y realmente sabes lo que quieres se puede enfrentar con mucha fortaleza y carácter; pero, siempre y cuando te prepares bien”.

 

PROPÓSITOS

Adriana Jiménez aseguró sentirse tranquila consigo misma, pero sabe que tiene que tiene detalles qué mejorar como personas, “me tengo que enfocar bien en eso y empezar el 2018, aplicar lo que nos resultó en este año y desechar lo que no nos resultó y seguir en el camino, seguir trabajando antes de todo.

Hace un año, Adriana se propuso mejorar en todo, hizo una lista de propósitos, que incluyó subir al podio, ayudar a los perros de la calle; pero, la boda todavía no la tacha de la lista, ya que para octubre del próximo año contraerá nupcias con el ex clavadista australiano Joey Zuber. “Todavía tengo que analizar mis metas, le pido al Año Nuevo salud física y mental, es lo primero; unión con mi familia, tranquilidad conmigo misma”.

Además, Adriana deseó a los lectores de ESTO que se despierten cada día con mucha ilusión, que vivan cada día plenamente “y que agradezcan mucho porque uno no sabe si va a existir el día de mañana. La vida es prestada, la vida es única y que hagan lo que más disfruten y lo que les guste mucho”.

Por lo pronto, Adriana Jiménez se mantiene entrenando para la próxima temporada de la serie mundial, que inicia en marzo, misma que espera haya más competencias en nuestro país aprovechando las maravillas naturales, pero quizá en dos años más piense retirarse e incursionar en los medios de comunicación.