FILADELFIA (AP) — Mark Sanchez ha entrado a escena de nuevo. Y los Eagles depositan en él sus esperanzas de llegar al Super Bowl.

Luego que Nick Foles sufrió una fractura de clavícula que podría dejarlo inactivo durante lo que resta de la temporada, Sánchez ha recibido una nueva oportunidad de brillar con un equipo que persigue una misión ambiciosa.

Alguna vez, pareció que Sánchez permanecería por un largo plazo con los Jets de Nueva York, a quienes guio a la final de la Conferencia Americana en sus dos primeras campañas dentro de la NFL. El quarterback de ascendencia mexicana está acostumbrado pues a disputar partidos importantes.

Los Eagles (6-2), que son líderes de su división, confían en que no perderán competitividad ante la salida de Foles y la llegada de Sánchez.

“Su preparación es sobresaliente. Él se preparó como si fuera el titular”, dijo el entrenador Chip Kelly. “Estaba ya listo. Siempre está concentrado y preparado para hacer las jugadas. Es parte de su personalidad. Eso es lo que realmente nos gusta de él, que tiene una enorme ética de trabajo”.

Sánchez reemplazó a Foles en la primera mitad del partido del domingo, que Filadelfia ganó por 31-21 a Houston. Completó un pase de 52 yardas a Jeremy Maclin en su primera jugada en casi dos años.

En total, completó 15 de 22 envíos para 202 yardas, dos anotaciones y dos interceptados ante los Texans.

Jugará su primer partido de inicio desde el 30 de diciembre de 2012 el lunes, cuando los Eagles reciben a los Panthers de Carolina (3-5-1).

“Para Sánchez, entrar por Foles fue un gran momento”, destacó el tackle izquierdo Jason Peters. “Hay mucha confianza en Sánchez, mucha seguridad. Aunque él es un chico modesto, en el terreno infunde confianza a los demás, así que me gusta”.

Sánchez fue la quinta selección general en el “draft” de 2009, y se le comparó con Joe Namath en los Jets. Tuvo una foja de 4-2 en la postemporada y ayudó a que los Jets vencieran a Peyton Manning y a Tom Brady en partidos seguidos de playoffs como visitantes, en enero de 2011.

Sin embargo, entregó 52 balones, la peor cifra de la NFL, en 2012-13, y perdió la titularidad el año pasado ante el novato Geno Smith. Se quedó sin jugar durante toda la campaña tras romperse un cartílago del hombro en un partido de pretemporada.

Los Eagles no perdieron tiempo para contratarlo después de que los Jets lo dieron de baja en marzo, unos días después de que Nueva York fichó a Michael Vick, ex mariscal de Filadelfia.

“Vi a Mark jugar en la secundaria. Lo conozco bien desde hace tiempo. Fui entrenador de Oregon cuando lo enfrentábamos y vi en él siempre a un quarterback que era un gran atleta”, recordó Kelly “Creo que evidentemente tiene un brazo que responde en los momentos importantes y que es digno de la NFL. Puede decirse lo mismo de sus pies. Es muy inteligente… atlético, todo lo que uno busca en un quarterback”.