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16, enero 2018 - 16:56

┃ ESTO

Puas

Hace varias décadas, el legendario Rubén “Púas” Olivares ocupó la portada completa de ESTO, al autodeclararse “patrimonio nacional”. El tiempo ha pasado, y el ídolo boxístico también conocido como “el muchacho alegre” mantiene su chispa, con todo y que reconoce que actualmente anda mal de dinero y con algunos problemillas de salud.

El “Púas” celebró el domingo pasado su arribo a los 70 años de edad, ya reconciliado de un desacuerdo que llegó a tener con el Consejo Mundial de Boxeo, organismo con el que ahora se le mira participar en eventos de apoyo a distintas instituciones de nuestro país.

Vía telefónica, desde Veracruz, donde se encontraba de visita, Olivares comentó en entrevista con ESPN Digital que se encuentra necesitado de dinero para poder hacerse chequeos médicos y aseguró que, por ello, sigue poniendo en venta sus cinturones de campeón mundial.

Asimismo, opinó que hoy en el boxeo mexicano hay muchos entrenadores, pero pocos maestros.

Ando en Veracruz, me siento bien, gracias a Dios, todo bien”, dijo Olivares. Respondió con picardía al señalarle que se encuentra entre los boxeadores mexicanos que siempre han gozado de un lugar muy especial entre la fanaticada: “La gente es a toda mad…, la gente es noble. Dicen que me quieren mucho y me tienen trabajando los cab…”.

Tras un momento de risas, el que fuera monarca universal en las divisiones gallo y pluma, prefirió no considerarse uno de los más grandes, y en cambio señaló que le preocupa el boxeo mexicano. “Hay más buenos”, estableció Olivares. “Si no, van a decir ‘qué mam… el ‘Púas’”.

QUE LES ENSEÑEN

“Sí, (veo boxeo) pero está bien feo. Bien decían ‘Cuyo’ Hernández, ‘Chilero’ Carrillo, Lupe Sánchez, que el boxeo se está acabando y está feo. Uno trae algo, pero si le enseñan a uno es mejor, los muchachos de ahora no tienen esa ambición. Los muchachos de hoy no quieren aprender o se maquillan para subir a pelear”, aseveró.

“Mira, cualquiera te entrena, te da tiempo, grita ‘diez’ (los últimos segundos de cada round de entrenamiento), pero nadie te enseña, y yo les enseño”, explicó. “Pero, la verdad, es que los chavalos son burritos, así les decía mi compadre ‘Halimi’ Gutiérrez, que eran burritos”.

Al pedirle mencionar sus momentos memorables, eligió: “Cuando gané mi primer campeonato del mundo (en 1969, ante Lionel Rose) y, el otro, cuando ingresé al Salón de la Fama (1991). El primero, porque fue el primero después de tanto trabajar, se pierde hasta la vida arriba del ring. Y ahí nada más para que se den cuenta, el International Boxing Hall of Fame en Canastota, Nueva York, con Muhammad Alí y de ahí para abajo”.

VENDE SUS FAJAS

El ex campeón habló del cariño y respeto que siempre le muestran en Canastota: “Me gusta porque me tratan bien a donde salgo. En México también, pero no mucho, aquí no hay esa cultura de ‘le voy a pagar una foto’. ‘Una foto, ¿cuánto es?, órale, paga’, aquí no hay cultura, y en Estados Unidos y Japón, ahí me pagan por la foto. Así es en este país, qué feo”.

La situación económica de Olivares ha sido un tema recurrente. Se ha sabido que ofrece en venta sus cinturones de campeón del mundo, algo que, dice, hace para realizarse chequeos médicos y no porque no valore los trofeos que le avalan como monarca que fue.

“Claro (vendo mis cinturones), ahí los tengo, para qué los quiero. Si necesitamos dinero, hay que venderlos. Necesito dinero porque necesito checarme con un doctor para que me haga un examen médico en todo el cuerpo para ver cómo estoy, porque sí siento una que otra molestia”, indicó.

Al cuestionarlo sobre sus dolencias, el ex campeón señaló que no hay una específica y recalcó que, de cualquier manera, necesita recursos para realizarse chequeos médicos.

“Necesito mucho dinero, por eso estoy vendiendo mis cinturones”, comentó la leyenda.

HOMBRE UNIVERSAL

Rubén respondió a la pregunta sobre su lugar de su nacimiento, ya que una versión dice que es oriundo de la Ciudad de México y, otra, de Iguala, en el estado de Guerrero, sostuvo:

“No, ahora soy de Oaxaca; yo puedo escoger el lugar, soy de Canastota, Nueva York. Saludos a todos. Ya estamos trabajando con el Consejo Mundial de Boxeo, ¿a quién le voy a dejar mis enseñanzas?, hay que buscar a quién”.

 

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