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Mira

19, enero 2018 - 12:18

┃ ESTO

Brizio

Del plato a la boca, se cae la sopa

La verdad sea dicha, ya no sé si llorar, reír o materialmente ponerme a rezar, al percatarme de la situación que viven los (supuestamente) árbitros estelares de México.

Resulta que todos los silbantes fueron sometidos a pruebas físicas el pasado lunes 16 de enero, los angelitos: Paul Delgadillo, Paco Chacón y Roberto García no las acreditaron, por enésima vez.

En mis tiempos, como decía mi abuelita, los mejores eran el ejemplo que seguir, los primeros en llegar al entrenamiento, realizando los ejercicios a tope y pasando categóricamente los exámenes físicos. ¡Cómo han cambiado las cosas!

El torneo anterior, tampoco las pasaron a la primera y hubo necesidad de que las presentaran en lo oscurito, para que repentinamente ya estuvieran aptos para pitar; sin embargo, antes de la Liguilla, a petición de los dueños del balón, se tomó la decisión de volver a evaluarlos.

“Los angelitos”, quienes curiosamente también son los dirigentes de la AMA (Asociación Mexicana de Árbitros) pusieron el grito en el cielo, clamaban a los cuatro vientos que “podían lesionarse durante las pruebas y quedar fuera de la Liguilla”, sometieron a votación la posibilidad de negarse a realizarlas, perdiendo por escaso margen; en virtud de que, había otros nazarenos muy dispuestos a dar la pelea en buena lid.

A pesar de haber perdido la votación, se amotinaron y presionaron a Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, quien al no soportar la presión ejercida por el grupúsculo que manejaba el arbitraje a su antojo (parando el campeonato, por poner un ejemplo) los conminó a someterse al examen, afirmando que “no sería tomado en cuenta”.

Fue entonces cuando de ahí se agarraron, uno a uno se fue saliendo de la prueba, fingiéndose lesionados o pretextando alguna molestia, Lo más curioso es que unos cuantos días después, supuestamente ya estaban listos para dirigir la fecha 17 del Torneo.

Ante ese triste panorama, Arturo Brizio decidió prescindir de los servicios de todo aquel árbitro que no pudiera demostrar que estaba apto físicamente para dirigir, por lo cual hubo necesidad de prescindir de los servicios de todos ellos. Movieron cielo mar y tierra, recurrieron a los presidentes de equipos con los que llevaban amistad; pero todo fue inútil.

Ahora, se esperaba que se hubieran preparado a conciencia para regresar por la puerta grande; pero desafortunadamente volvieron a fallar.

El caso más patético es el de Roberto García Orozco, que en el 2016 asistió al Mundial de Clubes y fue designado para pitar la Final; sin embargo, se había lesionado (una vez más), cuestión que se antojaba lógica, toda vez que en nuestro país gozaba de una bola de canonjías, entre ellas no ir a entrenar, lo que le costó quedar fuera del prestigiado torneo.

Era el candidato número uno para ir a la Copa del Mundo, Rusia 2018, su lesión tardó en sanar, se metió a la grilla, no cuido su vida privada ni su forma física, por lo que Arturito Ramos Palazuelos, le comió el mandado…del plato a la boca; se cae la sopa.