POR HÉCTOR REYES

DESDE la sierra oaxaqueña, con el diálogo que establece el movimiento de los árboles del bosque, donde no ha llegado la contaminación y a la distancia se puede observar una construcción que forma parte de un proyecto que nació como un sueño, Sergio Ramírez Zúñiga, ganador del Premio Nacional de Deportes 2014 en la categoría de entrenador junto al especialista en clavados Iván Bautista, formado en la clínica 23 del Instituto Mexicano del Seguro Social, protagoniza un movimiento indígena: Los Niños Descalzos de la Montaña”.
Sergio conquistó el primer reconocimiento al deporte indígena, después de la Federación Mexicana de Juegos y Deportes Autóctonos, organismo que propuso al técnico que tiene en la Academia de Baloncesto Indígena de México, su bandera con dos mil niños triquis que ya pueden jugar, comer y estudiar dentro de su formación integral que incluye lectura obligatoria de literatura y promedio mínimo de 8.5 para formar parte de los equipos de basquetbol y otros deportes menos conocidos.
“Es un premio en conjunto, el cual todos estamos conscientes del papel que nos corresponde, desde padres de familia, niños, entrenadores indígenas; de la responsabilidad y trabajo que tenemos: arduo, sin horarios, ni fines de semana, tampoco vacaciones y algunos hasta sin sueldo, pero que el compromiso es ese: crecer, superarse y mostrar que cuando hay hambre y deseos se puede lograr lo que sea”.
La idea de la propuesta para el PND 2014 nació a su regreso de Uruguay, donde fueron recibidos como héroes, faltaban cinco días, pero gracias a la disposición del organismo federado se cumplió con el trámite para buscar este reconocimiento, que permitirá tener un tercer encuentro con el presidente Enrique Peña Nieto.
“Le doy siempre gracias a Dios de tener esta oportunidad de ponerme en las montañas, de poder mandar este mensaje de educación integral a niños indígenas que no tenían muchos de ellos ni derecho a soñar, no tenían aspiraciones y que hoy saben que por medio del deporte tienen una visión muy clara sobre terminar una carrera, hablar su lengua, motivarlos en la lectura; yo creo que esto va de la mano y el proyecto está dando sus frutos desde el inicio por el cual fue creado, lo han absorbido y lo han entendido perfectamente cuál es el fin de todo esto”, señaló el entrenador que se ha codeado con los mejores equipos de la NBA y su discurso ha trascendido fronteras.
“Como mexicano me siento orgulloso de poder portar con orgullo este reconocimiento, de demostrárselo al pueblo, a las montañas, a Oaxaca, a todo México y de que vean que también desde abajo se puede salir adelante, que no tenemos que estar hasta arriba para hacer grandes cosas. Yo creo que desde abajo podemos hacer grandes cosas y poder seguir impulsándolos a los programas, a los proyectos que están en el sistema y que sólo es cuestión de empeñarnos, de aferrarnos para que las cosas salgan correctamente”, declaró desde su hogar enclavado en la sierra Trique – Mixteca rodeado de pinos y encinos.
“Nos sentimos más que halagados cuando lo recibí, estaban los niños aquí a mi lado y lo que me llena en el alma fue escuchar de muchos de mis niños que decían: hoy estamos más que comprometidos y orgullosos porque sabemos que esto que estamos haciendo está sirviendo de ejemplo para muchos niños y eso me llenó de lágrimas, la verdad y me siento muy orgulloso que los niños están muy conscientes de la responsabilidad que tenemos ahora, de que tenemos que hacer cosas mejores por México”, rememoró Ramírez Zúñiga, quien hizo una petición a la CONADE.
“Voy a solicitar de que al menos los capitanes de cada categoría me puedan acompañar, que ellos sean los que lo reciban y la verdad me siento muy honrado de que estos niños estén trabajando conmigo y de que hayan creído en mí y yo crea en ellos, yo creo que esto va de la mano y aquí están los resultados”, expuso Sergio, el entrenador que ha expresado sus ideas en universidades, clubes y cursos donde se ha presentado, con eco en países como Argentina, Uruguay, Estados Unidos, España, Inglaterra y Alemania durante el mes de enero del 2015.