Resulta difícil caminar por Minnesota y no quedar maravillado por el encanto del U.S. Bank Stadium. La casa del Súper Bowl LII se mira desde varios puntos de la ciudad, su estructura de cristal iluminada por los colores morado y azul contrasta de inmediato con el cielo nublado que prevalece en invierno por esta zona.

Ubicado en el centro de Minneapolis, la joya arquitectónica ya está lista para recibir el Súper Bowl LII. Un fuerte dispositivo de seguridad blindó el perímetro. Resulta complicado acercarse demasiado. Como parte de las medidas implementadas por la policía de Minneapolis, la estación de metro, ubicada a unos metros de la entrada, no permite bajadas y permanece cerrada.

Al exterior del inmueble se puede ver gente trabajando en detalles, como la implementación de bardas metálicas que permitirán un mejor control de los asistentes. O los ajustes a las antenas que transmitirán uno de los eventos con más audiencia a nivel mundial.

Para hoy, se tienen previstos cierres de circulación en al menos dos cuadras a la redonda. El metro solo dará servicio a los que cuenten con un boleto de entrada al partido.