La espera de 13 años se evidenció en el marco del Super Bowl LII.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que las Águilas de Filadelfia disputó un Super Bowl y sus aficionados respondieron a la altura del escenario desde las tribunas.

Las gradas del U.S. Bank Stadium fueron invadidas por la marea verde, con más del 75% de los presentes luciendo sus jerseys verdes. Los nombres de Carson Wentz, Alshon Jeffery o algunos históricos como Donovan McNabb y Brian Dawkins se miraron por montones en la ciudad Minnesota. Durante toda la semana se hicieron sentir y el día del juego mantuvieron la tendencia.

No les importó pagar por encima de los 2,000 mil dólares en taquilla o cerca de los 5,000 en la reventa para ser testigos del juego por el título de la temporada 2017.

Sus jugadores hicieron la mejor temporada de la liga (13-3) y sus aficionados hicieron un largo viaje desde Filadelfia con el sueño de conseguir su primer título en la NFL.